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algún momento su casa propia. Ella vive con otro usuario en el departamento, con quien tiene una relación cordial, dado que la idea es convivir de buena manera, asumiendo cada uno sus labores en el hogar.
"Lo importante es no tener problemas, por lo que hago mis cosas. Me gusta tener todo ordenado. Estoy contenta y cómoda en este departamento", expresó Marianela Almonacid, quien incluso rehizo su vida y tiene pareja, aunque puertas afuera.
Nueva vida
Alejandro Vargas, de 56 años, por disputas familiares llegó hace 10 años a vivir a la calle.
Ahora, sentado en su cómodo departamento ubicado en calle César Ercilla, repasó su vida ligada a la calle, indicando que siempre deambulaba solo, buscando algún lugar seco para dormir.
"Casi siempre andaba solo y en algún momento me fui a vivir donde un amigo a un campamento. Para comer a veces me iba a las iglesias o bien trabajaba en diferentes cosas, como recolectar latas para venderlas y así ganar algo de plata para mis gastos. Vivía el día a día", dijo el también beneficiario del programa.
El alcoholismo fue el detonante de los problemas que tuvo con su familia, porque cometió muchos errores que le costaron finalmente elegir la calle para pasar sus días.
"Afortunadamente hemos podido de a poco arreglar las cosas, porque yo cometí varios errores y eso nos alejó. Ahora están contentos con el cambio que he tenido y eso también ha ayudado a que pueda volver a visitarlos, así que espero que todo siga tal cual", indicó Alejandro Vargas.
Sobre el cambio que ha significado volver a vivir bajo un techo, señaló que se siente feliz, porque sabe que llegará a un lugar seguro, cómodo y sin el riesgo de que pueda enfermarse o ser víctima de la delincuencia, como ya le sucedió.
"Una vez me dieron una puñalada en la espalda y eso sin duda que me dio susto. Al vivir en la calle uno está expuesto a diferentes cosas, como enfermarse producto del frío o la lluvia o hasta lo que me pasó cuando me atacaron", describió el beneficiario del programa, quien primero estuvo viviendo en Rahue y luego fue cambiado a este nuevo espacio.
Para generar ingresos, Alejandro trabaja en lo que aparezca; en este tiempo ha estado tanto en la construcción como en la cosecha de frutas.
"Eso me permite hacer plata para pagar mis cosas, como el internet, además de comida, porque el programa nos entrega alimentos no perecibles, frutas y verduras, aunque eso se acaba en el mes y tenemos que seguir comiendo. Estoy feliz con esta nueva posibilidad", recalcó.
El programa en Osorno está a cargo del trabajador social Patricio Campos, profesional que debe velar por el bienestar de los beneficiarios, quien indicó que ha sido una experiencia satisfactoria desarrollar esta labor de ayuda y apoyo.
"Es increíble el cambio que han tenido gran parte de los participantes, porque no solo se les entrega un techo, sino que la posibilidad de que puedan tener un cambio en sus vidas. Ver cómo ha sido el proceso es muy satisfactorio para nuestro equipo", indicó Campos.
"Afortunadamente hemos podido de a poco arreglar las cosas, porque yo cometí varios errores y eso nos alejó. Ahora están contentos con el cambio que he tenido".
Alejandro Vargas Beneficiario