Denuncian incumplimiento de recorridos en líneas de colectivos
TRANSPORTE. Los usuarios de distintos sectores enfrentan la negativa de ser trasladados al Hospital Base, además de no llevar pasajeros con bolsas, coches de bebé, adultos mayores, no respetar frecuencias, cambios arbitrarios en la ruta para realizar cobros a "domicilio", uso del teléfono celular mientras conducen, entre otras irregularidades. Dirigentes aseguran que no hay fiscalización y desde el gremio reconocen el problema.
El transporte público es fundamental para el desplazamiento de las familias desde los distintos barrios hacia sus lugares de estudio, trabajo, abastecimiento, asistencia médica, recreación, entre otros, principalmente para quienes no cuentan con vehículos particulares para trasladarse. Esa realidad deja expuestos a los segmentos socioeconómicos más vulnerables a las distintas problemáticas e irregularidades que se provocan en la locomoción colectiva local, compuesta por líneas de microbuses y colectivos.
Vecinos y dirigentes de los barrios de Osorno denuncian que las distintas líneas de colectivos no cumplen con los recorridos validados en sus carteles y hojas de ruta, lo que se evidencia con cambios arbitrarios del trazado para realizar cobros "a domicilio", no trasladan personas con bultos, coches de bebé, adultos mayores o personas físicamente robustas, usan el celular mientras conducen, entre otras recurrentes irregularidades.
Si bien reconocen que hay choferes que realizan un excelente servicio, otro alto porcentaje ejerce malas prácticas e incumplimientos. Aseguran que la recurrente y grave es la negativa de trasladar usuarios al Hospital Base de Osorno, lo que impacta negativamente a cientos de personas diariamente.
A eso se suma que durante la pandemia, la cantidad de vehículos disminuyó drásticamente en los recorridos y si bien se ha generado una paulatina normalización, siguen siendo insuficientes los que circulan principalmente en horarios punta, fines de semanas y durante la noche (desde las 00 horas hasta las 6 de la mañana).
En la comuna operan cinco entidades responsables de las 17 líneas de colectivos, con una flota total de mil vehículos para recorrer y conectar los barrios en los diferentes sectores de la comuna, aunque actualmente el 75% está operativo (700 móviles) dada la falta de choferes, lo que ha sido transparentado por el gremio en varias oportunidades.
Según la normativa dada por el Ministerio de Transportes, el transporte público menor debe cumplir con una frecuencia mínima de 10 vehículos por línea en horarios punta de la mañana (7 a 9), mediodía (12 a 14.30) y tarde (19 a 21). En el resto de los horarios, ninguna línea tiene obligación de poner una cantidad determinada de vehículos en la calle, aun cuando están realizando sus trazados, porque es la forma de rentabilizar el negocio y prestar servicio a la comunidad.
Realidad vecinal
"El transporte público es muy malo en la comuna. Las micros tienen unos recorridos extremadamente largos o no llegan a los lugares que uno va, pero los colectivos se aprovechan de eso y hacen lo que quieren. Al Hospital Base ninguno quiere ir, aunque su letrero lo tenga como destino. Dan cualquier excusa o simplemente responden enojados, como que fuera una ofensa decirles que vayan a un punto de su recorrido", dijo Verónica Pacheco, vecina de la población Quinto Centenario.
Alexander Pradenas, estudiante universitario, asegura que "los colectivos tienen muy malas prácticas que se arrastran por años y parece que no hay organismos fiscalizadores. Vivo en la casa de mis abuelos y he sido testigo muchas veces de que se niegan a llevarlos, porque van con muchos paquetes o porque se dirigen al Hospital Base. Incluso, les han cobrado esa tarifa que llaman 'domicilio' porque traen bolsas del supermercado. Ellos ya conocen a los choferes que son responsables y considerados, y los esperan, pero eso no debería ser, porque el servicio es uno", explicó el joven con residencia en la población Pedro Aguirre Cerda de Rahue Alto.
La misma realidad ha vivido el matrimonio de Gloria Abarca (67 años) y Pedro Sánchez (75 años), quienes viven en la población Cipriano Uribe. Muchas veces han esperado horas para poder tomar un colectivo desde el centro a su casa.