Verónica Salgado

A partir del 1 de mayo el paso fronterizo Cardenal Samoré, ubicado en la comuna de Puyehue, al igual que el resto de las fronteras terrestres del país serán abiertas tras más de dos años cerradas por la pandemia del covid-19.

Lo que es una muy buena noticia para los distintos rubros de la provincia, también es una preocupación enorme por el mal estado de la Ruta Internacional 215, que une la Ruta 5 (Osorno) con el límite entre Chile y Argentina. Dirigentes y autoridades de Puyehue alertan por el mal estado de la vía, la falta de señalización, nula fiscalización, entre otros problemas generados en los cerca de 20 kilómetros (Las Lumas hasta Entre Lagos) que desde hace más de un año está sin terminar y sólo con mantenciones provisorias.

Aseguran que con la apertura total de Samoré (actualmente sólo está habilitado para camiones y razones especiales) el flujo vehicular se triplicará en la vía, lo que incrementa el riesgo de accidentes y pone en alerta a las familias que viven en torno a una de las rutas más importantes del país. De hecho, desde que en febrero de 2020 la empresa Brotec Construcción abandonó los trabajos de remodelación y mejoramiento se han contabilizado diversos accidentes de tránsito, incluso algunos con consecuencias fatales.

La comunidad puyehuina desde hace casi dos años que viene manifestando su molestia y preocupación por la poca prolijidad y total abandono del nivel central del Ministerio de Obras Públicas (MOP) para concluir los trabajos, más aún considerando la importancia internacional que tiene al ser la vía obligada hacia el segundo paso fronterizo terrestre más importante del país con Argentina, detrás de Los Libertadores en la Región de Valparaíso.

El proyecto inconcluso consideró una inversión de $16.590 millones provenientes del MOP para concretar ensanche y mejoramiento de la vía internacional en un tramo de 26 kilómetros entre el sector Las Lumas y Entre Lagos, siendo la segunda etapa del megaproyecto vial que comenzó con los trabajos realizado entre los kilómetros 4 y 21,8 ubicados en la comuna de Osorno, que tuvo una inversión de $14 mil millones.

Alerta y desidia

Los trabajos partieron en mayo del 2018 y presentaron dificultades a los pocos meses. Fue la ciudadanía quien advirtió el lento avance y mala ejecución de las obras por parte de la firma encargada del megaproyecto. A esto se suman las constantes gestiones realizadas por las autoridades comunales y la sociedad civil para exigir al nivel central finalizar el proyecto. "Advertimos que era un riesgo no aprovechar la contingencia sanitaria para terminar los trabajos, pero no fuimos escuchados y ahora toman una decisión sin avisarnos y con una ruta internacional que es una vergüenza y un peligro", expresó la jefa comunal de la zona lacustre, María Jimena Núñez.

La primera autoridad comunal enfatizó que no existe ninguna coordinación desde el nivel central con las autoridades locales ni han existido visitas a terrenos para ver el estado actual de todo el tramo de los 118 kilómetros de la ruta internacional ni del complejo fronterizo.

"Esto no depende del municipio, porque hemos realizado todas las gestiones para que este proyecto fuera terminado y que no nos encontráramos con una Ruta 215 en esas condiciones cuando van a reabrir Cardenal Samoré a todo uso. Es una vía que no cumple con ningún estándar de seguridad ni circulación internacional y eso es responsabilidad del MOP. Agradezco la gentileza del director regional de Vialidad que siempre responde el teléfono y hace sus mayores esfuerzos, pero esto depende del nivel central y vamos a entrar al invierno con una ruta que es peor que un camino interior y con un flujo vehicular para la