Narcotráfico y presos políticos
Una declaración emitida en Máfil por trece comunidades mapuches incluye puntos en los cuales es necesario poner atención. Es complejo hacer distinción de mensajes en un texto que incluye afirmaciones a todas luces inaceptables; pero leer con detalle podría dar más luz ...
Inquietud generó una declaración pública entregada por trece comunidades mapuches que se reunieron en Máfil la semana pasada y afirmaron su compromiso con la autonomía. Sus palabras preocuparon, porque en ellas no se ve un acercamiento al diálogo con las autoridades nacionales para resolver los problemas de violencia rural y, también, porque entre los firmantes hay algunas organizaciones vinculadas a acciones al margen de la ley como la CAM (Coordinadora Arauco-Malleco), Temucuicui y tres de Los Ríos que han protagonizado conflictos recientes.
Claramente hay razones que activan alertas. Y nada debe justificar propuestas que no busquen entendimiento. Sin embargo, en medio de todo el documento señalado, existen afirmaciones en las cuales detenerse para analizar con detalle. En particular, la referida a la condena al narcotráfico y a la preocupación que los firmantes manifiestan sobre el efecto que esa actividad ilícita genera en los jóvenes de sus comunidades, alejándolos del recto camino en el marco de su tradición: "(…) nos desmarcamos de aquellos grupos relacionados al narcotráfico que se introducen en el Wallmapu, aprovechándose de nuestros wechekeche desviándolos del Mapuche kimün y el Mapuche rakizuam".
Ese texto evidencia con claridad que sí hay grupos vinculados a las drogas que funcionan en el territorio, pero que ellos no están en la línea de las comunidades más arraigadas. Es decir, coincide con lo que reiteran las mismas autoridades regionales: se debe separar el narcoterrorismo y crimen organizado, de las aspiraciones ancestrales.
Otro punto que llama la atención es la solicitud de "definir" qué es un preso político mapuche ("Realizamos a su vez un llamado a todos las expresiones político militares, así como a lonkos y autoridades ancestrales a definir bien cuál debe ser la condición de un verdadero preso político mapuche…") aludiendo a que se reitera que en Chile no existen personas con esa calidad, sino delincuentes procesados.
Por supuesto que es complejo hacer distinción de mensajes en un texto que, a la vez reivindica los "sabotajes" o avala la lucha contra las bases sociales nacionales; algo a todas luces inaceptable. Pero leer con detalle podría ayudar a dar más luz a una situación que la requiere con urgencia.