Correo
Refundación de Chile
Los convencionales constituyentes, en su gran mayoría, están empeñados en refundar a Chile, cuyo núcleo es la consagración de la plurinacionalidad, con lo que se destruye a la nación chilena, entendida como una unidad que acoge a una diversidad de grupos humanos formados por pueblos originarios y por inmigrantes llegados de otras latitudes y que se han integrado plenamente a la nación chilena. La plurinacionalidad rompe con una identidad que hemos forjado a lo largo de ya casi cinco siglos de historia.
No es la raza ni la lengua lo que constituye a una nación. Según Ernesto Renan, una nación es un alma, un principio espiritual. Dos cosas la constituyen: la posesión en común de un rico legado en recuerdos y la voluntad de continuar haciendo valer la herencia que se ha recibido; tener glorias comunes en el pasado, una voluntad común en el presente; haber hecho grandes cosas juntos, querer hacerlas todavía. Uno ama la casa que ha construido y que se trasmite. El cántico espartano "somos lo que vosotros fuisteis, seremos lo que vosotros sois" es, en su simplicidad, el himno resumido de toda patria
Adolfo Paúl Latorre
Sin pies ni cabeza
"Cómo va la constituyente?. Es la pregunta que muchos chilenos se hacen y francamente, va de mal en peor. Con la votación de los primeros artículos, los convencionales de extrema izquierda han terminado de sacarse la careta de demócratas y han dejado al descubierto sus intenciones totalitarias, que buscan alterar la matriz misma de nuestra articulas.
En la votación de los primeros artículos hemos visto cómo quieren destruir el Poder Judicial, limitar la independencia de los jueces y aniquilar el Estado unitario, convirtiendo a Chile en un Estado plurinacional. Lo último es que buscan eliminar el Senado, que en pocas palabras es ponerle una lápida a cualquier contrapeso que pudiesen tener.
No sólo se desconoce la importancia de tener una cámara revisora, sino que se desecha la trayectoria y su sentido republicano. Mucho menos se pondera su espíritu regionalista, ya que es ahí donde las regiones tienen una mejor representación.
Si hace algunos años nos alarmábamos en política cuando alguien hablaba de pasar la retroexcavadora, hoy ese concepto termina siendo un eufemismo si lo comparamos con las verdaderas intenciones de los constituyentes más radicales, que han demostrado no tener escrúpulos en destruirlo todo. Lo más grave es que todos aquellos anhelos de millones de chilenos, que veían en una nueva Constitución una forma de comenzar a solucionar los grandes dolores de nuestro país, quedarán sólo en anhelos.
¿Se acuerdan qué exigía la gente en la calle en medio del llamado 'estallido social'? Mejores pensiones, salud digna, el término de los abusos, mayor seguridad y varias cosas más. Nada de eso se está discutiendo y pareciera que cada día se abocan más en destruir los más de dos siglos de historia republicana.
Así como van las cosas, la nueva Constitución no tendrá ni pies ni cabeza. Verdaderamente no podemos esperar mucho y en la medida que se van aprobando nuevos artículos, vamos perdiendo la esperanza de que pueda salir algo positivo.
Iván Moreira, senador por Los Lagos
Bicameral o unicameral
Para resolver la discusión en la Convención Constitucional sobre si el Congreso será unicameral o bicameral se ha planteado la bicameralidad asimétrica.
Parece ser una buena solución y, sobre todo, fácil de implementar: a una cámara se le entregan muebles normales y a la otra, la que usted sabe, muebles sin cajones.
José Luis Hernández
Salud mental de Putin
Resulta sorprendente conocer las habilidades y destrezas de Vladimir Putin como líder de una nación tan poderosa como Rusia. Pero me detendré en su particular forma de diálogo e imposición de sus ideas y la defensa de ellas. Señalan especialistas que no titubea incluso para ridiculizar a sus colaboradores más cercanos cuando en algo no está de acuerdo.
Ello habla de una salud mental desgastada, vacilante y temeraria, solo propia de un dictador, razones más que suficientes para crear y hacer una guerra sin sentido y que solo él justifica. ¿Cuántos locos más y enfermos mentales están gobernado el mundo en la actualidad?
Me imagino cuál habría sido la reacción del anterior Presidente de Estados Unidos, muy a pesar que Ucrania no pertenezca a la OTAN. La solidaridad mundial a los ucranianos y el rechazo universal a Putin es al menos una buena señal. Ojalá así sea.
Eduardo Nievas Muñoz
Fin del Poder Judicial
Uno de los pilares del Estado de Derecho, de la República y de la Democracia es la separación de los órganos que ejercen cada una de las funciones del poder del Estado, destacando en este ámbito la independencia del Poder Judicial, el imperio y la igualdad ante la ley. Las normas ya aprobadas por la Convención destruyen estos principios. No se trata de sólo un cambio de nombre, Sistemas Judiciales por Poder Judicial. Es el fin del Poder Judicial.
Hasta ahora los tribunales de justicia han resuelto los conflictos de intereses con relevancia jurídica conforme a la ley. De acuerdo a la normas aprobadas por la Convención, los Tribunales realizarán su tarea iluminados no sólo por el derecho, sino que también por los principios de paridad y perspectiva de género, plurinacionalidad, pluralismo jurídico e interculturalidad, la idea de "igualdad sustantiva" y el fortalecimiento de la democracia. Revisemos estos nuevos estándares; no todos, sólo los menos delirantes. Los criterios aprobados suponen discriminar y toda discriminación, sabemos, importa establecer y aplicar normas distintas. ¿Si no, para qué?.
Fallar de acuerdo a la perspectiva de género necesariamente implica establecer normas procesales (de prueba) y sustantivas (sanciones civiles o penales) diferentes, más o menos gravosas, dependiendo del sexo de las partes.
Aceptar el denominado "pluralismo jurídico" importa validar la coexistencia de más de un ordenamiento jurídico, cuestión que acarrea diversos problemas. Primero, procesales: ¿qué derecho se aplica?, ¿qué ocurre cuando las partes son de diferente etnia? y, segundo, sustantivos: el derecho indígena no existe.
Los hoy denominados mapuches, al igual que casi la totalidad de los chilenos, son mestizos y su cultura también lo es. Lo que llamamos cultura chilena es una cultura mestiza. El derecho mapuche no existe. Existe el derecho chileno.
Jorge Eduardo Vives Dibarrart, abogado