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Acoger o condenar: usted eligeLa semana pasada dimos a conocer dos testimonios distintos de migrantes venezolanos. El primero, Janghel Alexander Bello Torrealba (22), que se encuentra en situación de calle en Iquique. El segundo, Ricardo José Rojas (24), trabaja de mesero en un restaurante y es peluquero callejero en sus días libres en la plaza que está frente a la Basílica Los Sacramentinos, en Santiago.
El primero ingresó al país de manera irregular por el paso fronterizo de Colchane. El segundo lo hizo en avión, gracias a un pasaje que le compró su hermano mayor radicado antes que él en Chile. Al primero no le importa vivir en carpa con tal de tener su comida diaria: "En Venezuela lo que falta es comida, porque allá casa tengo", dice Janghel. Al segundo, lo que gana en Chile le alcanza para mantenerse, ahorrar y enviarle dinero a su familia.
Son dos realidades distintas pero un origen común. La diáspora venezolana ya suma a más de seis millones de personas dispersas por el mundo, principalmente en Latinoamérica. Pero lo que ha llamado mi atención de estas dos historias son las opuestas reacciones que generaron al publicarlas en nuestras redes sociales: mientras que a Janghel lo repudiaron e insultaron con los más odiosos epítetos, recordándole a cada instante que Chile "no es el Hogar de Cristo", a Ricardo lo aplaudieron y felicitaron por el noble gesto de cortar el pelo gratis a sus compatriotas y a chilenos en plena plaza pública.
Cada vez que este tipo de situaciones ocurren, me pregunto sobre el país que estamos construyendo y, sin duda, prefiero al que acoge al amigo cuando es forastero, al que es como el Hogar de Cristo y pone a los más vulnerables primeros en la fila, que al que denosta, escupe, estigmatiza y condena, haciendo pagar a los más -los justos-, por los menos -los que cometen algún delito o infracción.
José Francisco Yuraszeck Krebs, S.J., capellán General Hogar de Cristo
"Estoy angustiado"
"Estoy angustiado, me dijo un amigo, porque veo que los convencionales están empeñados en destruir la unidad nacional y en redactar un texto refundacional que va a ser aprobado, considerando que el 80% de los ciudadanos votó por cambiar la Constitución".
No seas tan pesimista, le respondí: el "Apruebo" no está asegurado en el "plebiscito de salida" puesto que el "Rechazo" está ganando cada día más adeptos. Por otra parte, a fin de garantizar un proceso más democrático, podría ser establecida una "tercera opción" que fuese aceptable para los numerosos ciudadanos que no van a estar conformes ni con el "Apruebo" (el texto propuesto por la Convención Constitucional) ni con el "Rechazo" (mantener vigente la Constitución de 1980 reformada por el presidente Lagos).
Esta "tercera opción" podría ser instaurada por el Congreso, que es el titular del poder constituyente derivado, reemplazando las preguntas contenidas en el artículo 142 de la Carta Fundamental por las siguientes: ¿Aprueba usted el texto de nueva Constitución propuesto por la Convención Constitucional?; ¿Aprueba usted mantener el texto de la Constitución actualmente vigente?; ¿Aprueba usted, como nueva Constitución, el texto de reforma constitucional propuesto por la presidente Bachelet?
Si ninguna de las tres opciones alcanzare la mayoría absoluta, sería preciso realizar una segunda vuelta entre las dos más votadas a fin de asegurar legitimidad.
Adolfo Paúl Latorre
¿Qué pasa con el amor propio?
Se acerca el 14 de febrero, un día internacionalmente reconocido por ser el Día de San Valentín, cuyo origen remonta al imperio romano por el año 270. Se conmemora con regalos y salidas, una oportunidad que ha tomado el comercio para ofrecer productos y servicios.
El marketing se moviliza ágilmente para encontrar espacios. Algunas marcas sugieren ofertas y regalos para parejas como cenas para dos, viajes románticos, días de spa o desayunos a domicilio. Es una fecha que se puede volver bastante comercial y que puede significar gastos importantes.
Según una encuesta de Statista (2021), los chilenos fueron los latinoamericanos que más gastaron en regalos para San Valentín, seguido por México, Argentina, Perú y Colombia. Se utilizó un promedio de 43 dólares estadounidenses, aproximadamente CLP 34.000.
Sin embargo, estos gastos son decisión personal y también la forma en que celebremos -o no- el Día de San Valentín. Creo primordial que en tiempos cómo los que nos han tocado vivir, nos hagamos las siguientes preguntas: ¿Qué pasa con el amor propio?, ¿estamos realmente preparados para amar a otros sin antes amarnos a nosotros mismos? Son muchos cambios en nuestras formas de ver la vida, que hoy el amor propio es prioridad.
Uno de los pilares para cultivar el amor propio es amar lo que hacemos y no tiene que ver con esas frases motivacionales sobre dedicarte a lo que te gusta o encontrar la felicidad. Tampoco se trata de productividad disfrazada de felicidad; se trata de hacer cosas que nos hagan realmente felices. Y si a algunos les pagan por eso ¡que bueno!.
Pero el trabajo no es lo único en nuestras vidas. Hay otras cosas que hacemos y que nos deben hacer felices. Eso también es amor. Amar las cosas simples, amar estar con otros, amar correr, leer, ver series, jugar. Amar lo que hacemos también es amarnos a nosotros mismos.
Cristobal Amthauer
Recuperación del empleoChile recuperó 1.6 millones de empleos desde el peor momento de la pandemia y, si bien es razón para ser optimistas, Latinoamérica mantiene la sensación de incertidumbre por la creencia popular de que la economía continúa contrayéndose, pese a que los indicadores demuestran lo contrario.
Si analizamos más a fondo los resultados, podemos ver que los puestos de trabajo que se han recuperado más rápido son de carácter informal y destinados a mujeres. Si bien el alza del índice de empleabilidad femenina es positivo, durante la pandemia retrocedimos más de 15 años la brecha de género, razón por la cual necesitamos más tiempo para lograr realmente emparejar.
Por su parte, el crecimiento del empleo informal resulta engañoso, ya que, al tener menos limitaciones para concretarse, no ofrece a los empleados seguridad social, prestación imprescindible en tiempos de pandemia para todos los trabajadores.
Si bien alcanzamos los niveles de actividad económica que teníamos antes, y hay razones para ser positivos, es imprescindible ver cómo sostener el crecimiento y recuperación que tanto trabajo nos costó alcanzar como país.
Felipe Cuadra