"Este proceso será exitoso y no tenemos tiempo para detenernos en las críticas infundadas"
REGIÓN. Se define como un convencido de la institucionalidad, del consenso. Asegura que una buena Carta Magna se conseguirá si están ahí todas las visiones. Es el convencional que más extenso viaje realiza para sesionar, pero es, posiblemente, el más seguro de la importancia que esto tiene.
Hasta hace algunos días a pocos les sonaba el nombre de Gaspar Domínguez, por lo menos a nivel nacional. En la región ya se empezaba a hacer un nombre, como uno de los representantes del Distrito 26 para la Convención Constitucional; sin embargo, en la provincia de Palena, donde lleva siete años ejerciendo como médico, su sello es más que reconocido y no sorprende que hoy por hoy esté encumbrado en uno de los cargos más relevantes del país: vicepresidente del órgano que está encargado de redactar una nueva Carta Magna para Chile.
De 33 años, el cuarto de seis hermanos de clase media, Domínguez asume sus nuevas tareas como un desafío para el cual está preparado y en el que quiere imponer su sello: lograr grandes acuerdos que puedan convertirse en normas que rijan para todos.
-¿Cuáles son sus sensaciones por estos días tras ser elegido vicepresidente?
-Estoy, primero, esperanzado en el proceso. La segunda emoción que marca mi ánimo es la sensación de desafío. Y ese desafío empuja y favorece trabajar, estudiar, dialogar incansablemente por los próximos seis meses.
-¿Cuál es el sello que quiere dar?
-La primera etapa, de Loncón-Bassa, fue de instalación, ahora viene la segunda etapa que es muy distinta y probablemente más desafiante: lograr consensuar acuerdos para poder materializar la escritura de las normas constitucionales. Entonces, el sello -con la presidenta María Elisa Quinteros- queremos que sea de favorecer el diálogo transversal. Y segundo, mejorar significativamente la comunicación hacia la sociedad civil, comunidades y a los medios locales para poder informar más lo que está pasando.
-¿Se ha conversado el ajuste del calendario de la convención?
-El cronograma fue aprobado por amplia mayoría y se determinó terminar el proceso constituyente antes del 4 de julio de 2022. El cronograma lo estamos cumpliendo de manera impecable y eso nos hace pensar que vamos a cumplir todos los plazos establecidos.
-¿Qué opina de las críticas que apuntan a que se han demorado mucho en la instalación?
-Existe un cronograma que establece fases consecutivas de tareas a realizar y eso se está cumpliendo de manera rigurosa y con cierta holgura, que nos va a permitir flexibilizar algunas cosas eventualmente.
-Respecto a la votación de Quinteros, ¿siente que se afectó la imagen de la convención?
-No estamos acostumbrados a vivir procesos de deliberación que terminen con la elección de un presidente de un representativo. Me parece que es un acto deliberativo, democrático y no lo veo como un problema en sí. Además, los expertos nos han dicho que habitualmente es más difícil ponernos de acuerdo en elegir nombres que establecer acuerdos en cuanto a temas o propuestas. Así que la verdad, para mí representa una oportunidad de mostrar que podemos dialogar y ponernos de acuerdo.
-¿No alentó a quienes insisten en el rechazo?
-Proponer un rechazo a un texto normativo que aún no está escrito es francamente desleal, falta de ética e incluso de intelecto. Recordar que cuando se instaló el proceso, ya en esa fecha fue tendencia en redes sociales 'rechazo de salida'. Hay que seguir trabajando, porque hay mucha esperanza, muchas actividades que hacer y no podemos detenernos por los malos augurios que han estado siempre y van a seguir estando. Este proceso será exitoso y no tenemos tiempo para detenernos en las críticas infundadas.
-La gente destaca mucho de usted lo dialogante. ¿Dónde veremos esto en la Convención?
-De múltiples maneras. Y una muy patente es que hace algunos meses establecimos la necesidad de que la mesa directiva estuviera compuesta por presidente y vicepresidente, pero además por vicepresidencias adjuntas que serían siete personas más. Yo defendí desde el primer día que no podía no estar representada la derecha en esa mesa. Debía estar ahí, porque creo que ese ánimo dialogante se materializa, entre otras cosas, en creer y tener la convicción de que este proceso le pertenece a todos y no se puede caer en la trampa o tentación de escribirlo sólo entre algunos sectores. Nunca tenemos que tener miedo al diálogo, con ninguna persona.
-¿Algo entre las primeras tareas?
-Una de las tareas importantes es de la comunicación, por eso hemos hecho un esfuerzo grande por mejorar la estrategia de comunicación. Porque si bien nosotros sabemos que la convención está cumpliendo los tiempos, la gente de afuera no lo sabe y eso necesitamos para que tengan la tranquilidad que el proceso está avanzando de manera correcta.
Antes que todo: Palena
-¿Cómo fue su llegada a Palena? ¿Qué le motivó?
-Apenas egresé de la universidad en 2014, me fui a trabajar a la región. No tenía familia ni amigos; tampoco conocía. Me vine por una convicción de que era un lugar maravilloso donde yo quería vivir y llegué a vivir y trabajar a Ayacara, en Chaitén. Ahí estuve como tres años trabajando, haciendo rondas médicas en el buque Cirujano Videla, también en el sector costero de Chaitén, en localidades remotas que no aparecen en los mapas. Posteriormente, me fui al otro sector de la provincia, a la cordillera en Palena, y de eso hace cuatro años. Voy a cumplir siete años en la provincia y la verdad me he enamorado de la región.
-¿No conocía nada de nada?
-En mi etapa universitaria y escolar tenía unas condiciones económicas de clase media que no me permitían viajar. Investigué y estudié alternativas donde irse. Yo tenía ganas de trabajar en lugares aislados, con muchas carencias. Eso busqué y en la gran lista que había, probablemente Ayacara era una de las zonas con mayor aislamiento. Esa era una motivación de ir a enfrentar el desafío de ponerme a disposición en un lugar complejo fue lo que me trajo a la región.
-¿Cómo fue la adaptación? ¿Viajaba seguido a visitar a la gente en la zona central?
-Me adapté fácilmente, rápidamente me pude relacionar e insertar en el entramado social de Ayacara. Me fui a vivir con una familia al principio, un hospedaje, hice grandes amigos que conservo hasta hoy. De hecho, voy a visitarlos la próxima semana, en mi semana territorial. Uno de los atributos que tengo es que tengo la capacidad de adaptarme a condiciones adversas y no fue para nada traumático. Después, cuando me fui de Ayacara, lo hice con pena, porque tenía mucho cariño y amigos, pero se abrió el desafío de ir al Hospital de Palena. Me fui , me adapté y hoy soy un hijo de esa comuna. Tengo la mitad de mi corazón ahí también. Ahora me estoy adaptando al cambio de tener que viajar permanentemente a Santiago también.
Postulación
-¿Cómo se gestó la idea de postular a la convención?
-En principio, yo hice el magíster en Salud Pública en la Universidad de Chile. En ese estudio comprendí que la salud de las personas no depende de los hospitales ni los doctores, sino de las condiciones de vida en que las personas nacen, crecen, trabajan y se desarrollan. Esa comprensión me hizo entender que si yo quería trabajar realmente por la salud de las personas, tenía que salirme del hospital. Y así fue como llegué a hacer proyectos comunitarios, como el que permitió implementar dispensadores de condones en escuelas de Chaitén, Palena, Futaleufú y Ayacara. Por ejemplo, también el proyecto de implementación de un sistema de reanimación cardiopulmonar en la escuela de Ayacara, más otros proyectos deportivos con fondos regionales de desarrollo. Y esas actividades motivaron mi deseo de poder incidir en la formulación o diseño de las políticas públicas.
"Después, cuando apareció esta coyuntura social del proceso constituyente, yo la miré al principio con un poco de lejanía. Pero personas del hospital, vecinos y familiares, me dijeron: 'Gaspar, creo que tú tiene el perfil'. Yo lo pensé, porque tengo una desconfianza natural con los partidos políticos. Después se abrió la posibilidad de inscribir candidaturas independientes y decidí empezar a juntar firmas. Muchas personas firmaron porque creyeron en mí. Inscribí mi candidatura independiente, llegué a la convención, trabajé, estudié, estreché lazos, conocí más personas, logré instalar un nombre de una persona dialogante, estudiosa y confiable y finalmente llegué a ser elegido sin tener un conocimiento previo, con 112 votos.
-¿Fue difícil la campaña?
-Fue una candidatura difícil, porque yo seguía trabajando de médico en el hospital de Palena, de lunes a viernes, de 8 a 17 horas, más turnos. Mi posibilidad de hacer campaña era solo por internet, después del horario de trabajo y sin plata. Pedí una semana de vacaciones para ir a Calbuco, recorrer la provincia de Palena, ir a Puerto Montt y allí pude hacer campaña. Con eso, más haber sido reconocido como uno de los jóvenes líderes de la región, por El Llanquihue, y por los proyectos que había hecho, me hicieron sacar miles de votos que me permitieron ser electo.
-¿Su orientación sexual fue tema en algún momento en lugares más aislados?
-Yo tomé la decisión de ser abiertamente homosexual desde el primer día. Entonces, nunca me vi enfrentado al problema de tener que declarar algo, porque desde el primer día lo hice explícito, antes que lo preguntaran o sospecharan. Y eso en algún momento pudo haber generado desconfianza. Yo no la noté ni la sentí. Si sé que me fui ganando la confianza de la comunidad por hacer un impecable trabajo médico, por ser respetuoso, comprometido, y eso hizo que las personas confiaran en mis capacidades técnicas y esa confianza favoreció que consultaran conmigo, independiente de cual fuera mi orientación sexual.
"Entonces, hacer un trabajo profesional, comprometido, cariñoso, respetuoso y de alto nivel técnico, permitió poder majar los muros de los prejuicios y tender los puentes de la aceptación", remarcó.