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Mantención en las casas
Todos en algún momento hemos necesitado realizar algún tipo de instalación, mantención, reparación, extensión de tuberías de distinto tipo, lavaderos, lavamanos, duchas, desagües, inodoros o limpiar fosas sépticas, solucionar problemas de filtraciones o goteos, instalar sistemas de calefacción, realizar nuevos proyectos sanitarios, detectar y arreglar fugas de gas ya sea en calefón, cocinas, estufas o redes de conexión, entre otros servicios ejecutados por un maestro gásfiter.
Misael Saldivia (42 años) lleva más de 15 años de trabajo como gásfiter calificado, oficio que ha sido el sustento de la familia que conformó con Ruth, con quien lleva más de 25 años de matrimonio y 4 hijos en común.
"Al principio de mi vida laboral realicé varias actividades distintas, pero en un momento determinado me ofrecieron si quería aprender el oficio de la gasfitería y ahí comenzó mi camino por este trabajo que me encanta y que tantas satisfacciones me ha dado. Partí con 50 tarjetas de presentación que no sabía bien a quién entregar, pero como siempre he sido responsable y honesto con los clientes, me fui ganando la confianza y gracias al boca a boca hoy tengo una agenda llena", dice Saldivia.
Hace 12 años aproximadamente trabaja en la Municipalidad de Osorno realizando justamente labores de gasfitería en las distintas dependencias e inmuebles de la casa edilicia, para una vez finalizada su jornada laboral continuar realizando trabajos independientes, al igual que los fines de semana y festivos.
"Igual es bastante demandante, a veces llegó después de las 10 de la noche a la casa, pero saben que esto es lo que me gusta. Además, uno debe tomarse el tiempo necesario para realizar un buen trabajo, porque esa es la primera carta de presentación que tenemos, nuestro trabajo habla por nosotros. Para mí lo fundamental es la honestidad primero conmigo y con cada cliente. No voy a decir que puedo hacer un trabajo para después dejarlo a medias o cobrar un precio que no corresponde sólo por ganar unos pesos demás, si finalmente ese cliente se dará cuenta y vienen las malas recomendaciones", explicó.
Detalló que la pandemia ha tenido distintas etapas en lo laboral. En los primeros meses del año pasado las restricciones de desplazamiento, cuarentenas y el temor a contraer la enfermedad fueron un impedimento para ejercer su labor, considerando que es fundamental ingresar a los domicilios.
"Pero también comenzó un nuevo aire para muchos oficios calificados, porque donde las personas estaban mucho más tiempo en sus casas detectaron problemas que se arrastraban de mucho tiempo pero que como la vida cotidiana era fuera el hogar pasaban desaparecidos. En otros casos aparecieron problemas con los baños, cocinas y redes eléctricas porque el uso también genera desgastes o porque estaban a punto de cumplir su vida útil y con toda la familia en la casa se aceleró el proceso. Entonces, la demanda de nuestros servicios se incrementó mucho", dijo el gásfiter.
En estos años también ha ido sumando conocimiento y certificaciones, participando en distintos cursos y capacitaciones como el Programa de Certificación para Operadores de Artefactos de Gas de la Superintendencia de Electricidad y Combustible (SEC), realizado en la Universidad Austral de Chile en Valdivia, donde tuvo 100 horas teórico-prácticas para aprobar el examen final que lo certifica en la SEC.
"Mi trabajo es serio y responsable, siempre capacitándome y aprendiendo de la misma experiencia, porque todos los casos son distintos. Nosotros entramos al hogar de las personas, por lo que la confidencialidad es clave, así como el respeto, la empatía y el profesionalismo. Agradezco la confianza entregada por mis jefes en la municipalidad y por cada cliente, que hacen que mi trabajo sea valorado y respetado", manifestó Misael Saldivia.
Hechos para durar
El centro de los hogares está dado por los sillones, sofás, sillas, puff, sitiales, entre otros muebles instalados en living, salas de estar, comedores o dormitorios. La tapicería es el oficio de crear o rehacer las cubiertas y rellenos de enseres cuando lo requieran, para lo cual se utilizan una variedad de materiales como cuero, telas, espuma, madera, entre otros. Desde la llegada de las grandes tiendas, con la venta de productos en serie y a precios relativamente accesibles, este tradicional oficio aparentemente estaba en retirada, sin embargo, desde hace unos cuatro años ha tenido un renacer gracias a la posibilidad que tienen los clientes de ahorrar dinero al recuperar sus muebles, incluso cambiando su forma y color o simplemente encargando la fabricación de uno nuevo, pero personalizado y hecho para durar décadas.
Trabajo que Laura Alvarado Chacón (36 Años) comenzó a realizar hace casi una década, partiendo inicialmente con los sillones de la casa de su madre y familiares para luego transformar su trabajo en un emprendimiento al que se sumó su esposo Carlos Vallejos. Ambos son padres de tres hijos.
"Comencé como autodidacta. Tengo una gran facilidad para el trabajo manual y me fui involucrando cada vez más en el tema. Mi madre me incentivó para dedicarme a esto, ya que primero lo hacía en mis ratos libres, porque trabajaba en una piscicultura, pero cuando cambiaron los dueños hace 6 años decidí buscar otro trabajo para estar más tiempo con mi familia. En ese mismo tiempo me iban llegando encargos de cambiar tapices, ya no de mi familia cercana, sino de amigos y gente que veía la calidad de mi trabajo", indicó Alvarado.
Agregó que muchas personas llegaban con este tipo de muebles comprados en grandes cadenas, los cuales no tienen una larga vida, incluso no tienen opción de rearmado, ya que sus piezas son plásticas y con materiales más bien desechables.
"No es llegar y tapizar porque se tiene que considerar la tensión de la tela, porque no debe quedar tensionada o suelta considerando el uso, la madera, la espuma del relleno, los pernos, todo. Por eso cada mueble es único. Si se trata de una recuperación, quedan como nuevos; y si hablamos de fabricar el sillón completo, son muy distintos a los hechos en serie, porque acá es un trabajo manual con dedicación y atención a cada detalle", explicó.
"La escasez de materiales fue un tema que impactó horriblemente por 6 meses más o menos, donde estuvieron semanas y meses sin poder terminar porque no había clavos".
Marcos Barrientos, mueblista
"Igual es bastante demandante, a veces llegó después de las 10 de la noche a la casa, pero saben que esto es lo que me gusta".
Misael Saldivia, gásfiter
"Comencé como autodidacta. Tengo una gran facilidad para el trabajo manual y me fui involucrando cada vez más en el tema. Mi madre me incentivó para dedicarme a esto".
Laura Alvarado, tapicera