Incendios forestales
En Chile, provocar un incendio forestal, por negligencia o intención, es un delito sancionado por la Ley 20.283. Lamentablemente, a las condiciones naturales -los periodos de altas temperaturas, vientos y baja humedad- se suma también la presencia humana.
Como es habitual en esta época del año, existe una real preocupación por la existencia de incendios forestales en la zona centro sur del país. Lamentablemente, a las condiciones naturales -los periodos de altas temperaturas, vientos y baja humedad- se suma también la presencia humana, que aumenta luego del levantamiento de restricciones de movilidad.
Se debe recordar que prácticamente todos los hechos de este tipo tienen origen en la intervención humana, ya sea de manera intencional -con el objetivo expreso de causar daños- o de forma casual, por descuido al apagar fogatas, tirar colillas de cigarrillos, mal manejo de residuos y otras acciones perfectamente evitables.
¿De qué manera se puede enfrentar este tipo de situaciones?. Tomar precauciones es clave. Toda la comunidad debe evitar conductas riesgosas como las descritas y también denunciar acciones sospechosas, para que se pueda intervenir a tiempo.
Por otra parte, desde la Corporación Nacional Forestal (Conaf) recomiendan especial cuidado a quienes viven en zonas de interfaz. Ellos deben proteger sus casas limpiando las cercanías para sacar material combustible (hojas, palos, pasto) o desechos; como también mantener siempre conectividad o agua almacenada para una primera reacción en caso de emergencia.
Por otra parte, se debe recordar que en Chile provocar un incendio forestal, por negligencia o intención, es un delito sancionado por la Ley 20.283, el cual puede tener una pena de hasta 20 años de cárcel.
Ciertamente, lo mejor siempre es generar conciencia y no llegar a las sanciones. Cuando se debe recurrir a ellas es porque el daño causado es mayor y porque todo lo demás falló: educación, colaboración comunitaria y reacciones tempranas.
Por lo mismo -y antes de lamentar- hay que profundizar en la prevención y comprometer voluntades para evitar tragedias, la pérdida de hectáreas naturales y el efecto irreparable que el fuego causa a las especies nativas, la fauna endémica e incluso en los casos más graves a la propia vida humana.