Jóvenes profesionales vivieron en carne propia el rigor del aislamiento en caletas Huellelhue y Cóndor
RÍO NEGRO. Los voluntarios del Servicio País actualizaron el catastro de las necesidades de las familias que habitan en cordillera y mar, así como de las personas que requieren validar sus estudios.
Hasta las apartadas caletas Huellelhue y Cóndor, en la costa de la comuna de Río Negro, se desplazaron los profesionales del Servicio País que prestan apoyo en el Colegio de Riachuelo, para realizar un catastro de las personas que necesitan validar sus estudios, con el objetivo de ser habilitados como buzos, patrones de lancha o ejercer otras actividades marítimas básicas en el transporte de pasajeros, para lo cual se requiere a lo menos octavo básico o cuarto medio, según corresponda.
Ello, en virtud de una directriz en el Departamento Administrativo de Educación Municipal (Daem) para acreditar estudios en dicha zona de la comuna.
Se inscribieron 30 personas en ambos sectores y las mismas comunidades indígenas de litoral solicitaron que fueran los profesionales del Colegio de Riachuelo, por su pertinencia territorial y ser el plantel más cercano donde recibieron la formación inicial sus hijos.
De este modo, el Departamento Provincial de Educación (Deprov) y la Secretaría Regional de esa cartera autorizaron oficialmente al establecimiento riachuelino para efectuar la labor, que se concretó con el viaje de los funcionarios César Oyarzún y Gerardo Moll hasta la Escuela de Caleta Huellelhue, para examinar a los integrantes de las comunidades huilliches. También acudió la coordinadora de educación covid-19 de Río Negro, María Paz Fernández, que veló porque se cumplan todas las medidas sanitarias. Todo fue supervisado por el director del Daem, Rafael Andrade.
Los profesionales de Servicio País que colaboran arduamente desde abril de este año en ambas caletas sirvieron como nexo al interior de las comunidades para este propósito. Al final, se validaron 25 personas, cuyos expedientes los revisa ahora el Ministerio de Educación. Y si todo está en orden, se llevará a efecto una ceremonia especial de certificación en Huellelhue y Cóndor, con la presencia de autoridades regionales, vecinos y del equipo a cargo de los exámenes.
Sacrificio
El director del Daem informó que en este proceso fue fundamental el trabajo desplegado por Servicio País entre cordillera y mar, tanto en la tarea de registrar el interés por la nivelación de estudios de los lugareños, como en otra paralela que encargó la Secretaría de Planificación (Secplac), que fue conocer el estado de las placas solares de un antiguo sistema existente en los hogares de Cóndor y Huellelhue, y el verdadero interés de las familias de contar con uno nuevo para acceder a energía eléctrica. En ello se confirmó un universo de 80 interesados, considerando a los padres e hijos que ya crecieron y actualmente construyen cabañas e inician emprendimientos turísticos, lo que revela que muchos caletanos decididamente están retornando a sus casas tras emigrar.
En estas dos grandes tareas de recopilación de datos aportaron con su voluntad y entusiasmo el ingeniero Vicente Yaconi, de 27 años, originario de Talagante; y el sociólogo Camilo Espinoza, de 28 años, con domicilio en Valparaíso. La dupla arribó en abril de este año a las caletas Huellelhue y Cóndor, "una de las más duras experiencias de sus vidas", según confesó el propio Andrade.
Vicente Yaconi indicó que la primera vuelta fue entre casa y casa, separadas entre sí a horas y en bote por el río o por interminables kilómetros en medio de la Cordillera de la Costa y orillas del mar.
Crecimiento personal
Fue una labor dura de principio a fin para estos avezados profesionales, porque siempre llovió e incluso con tormentas eléctricas. Fueron bajadas desde el lugar denominado El Ojo hacia el río y de noche.
"Conocimos estos sectores tal como son, de muy difícil acceso. La segunda oportunidad fue distinta: tuvimos días hermosos, con tres noches en Huellelhue, donde alcanzamos hasta el grupo que vive más lejos, que es la familia Huichalaf. Los recordaremos siempre. Podemos decir que este desafío profesional fue exitoso, porque gracias a nuestro catastro participó y se interesó casi el 70 por ciento de las personas inscritas", indicó Vicente Yaconi.
Ambos se preparan para retornar a casa en febrero, luego de haber conocido cómo se hace Patria en estos lugares aislados, donde habitan decenas de familias acostumbradas a escuchar sólo el canto del Chucao en el bosque nativo y el ir y venir de las olas del mar.
"Pese a todo este rigor, fue súper placentero aplicar lo que estudiamos tantos años. Colocar en práctica lo aprendido entre estas familias vulnerables que realmente necesitan apoyo y motivación para salir adelante. Pero por Dios que es cansador recorrer las distancias entre casa y casa. Uno se ve sometido de repente a situaciones extremas, como viajar horas en un bote y con tormentas. O pasar todo un día caminando, aunque es muy enriquecedor. Todo eso nos ha hecho crecer mucho más en el ámbito social. Un acercamiento hacia un territorio aislado que jamás imaginamos conocer, con su riqueza natural y la bondad de su gente. Será impagable en lo personal haber llegado a estos sectores y compartir con familias maravillosas que tienen sus costumbres, su forma de vivir. Cumplimos con esta labor siendo siempre muy honestos, nunca prometiendo nada. Sólo gestionando cosas e intentando ayudar", expresaron emocionados los profesionales de Servicio País.