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"Esperamos incorporar algunos huertos cada año, de tal manera de robustecer nuestra cooperativa y agregar talento a la organización".
Enrique Schencke, Presidente de Cerecoop
este momento estamos trabajando con un programa de asociatividad económica, con el cual hemos podido llevar la línea de negocios de la venta de carne", comentó.
Además, esta cooperativa costeña comercializa lanas y cueros, principalmente a agrupaciones de artesanos. "Artesanías Chile ha sido cliente de nosotros y este año también se contactaron, por lo que quedamos de retomar las conversaciones para la primera semana de enero, cuando tengamos el acopio completo de lana", indicó.
Entre las claves para el éxito de esta cooperativa, Félix Cancino manifestó que haber comenzado como Asociación gremial en 2013 dio tiempo suficiente para que los socios se conozcan, por lo que quienes pasaron a ser socios cooperados entendieron muy bien el negocio y saben manejarse unidos por un objetivo común.
"Fue un trabajo lento, ocho años de capacitación, educación, de conocernos y hacer un trabajo en conjunto. No fue fácil al comienzo, pero aprendimos y por eso nos conformamos exitosamente. Además, nosotros comercializamos un cordero con nombre y apellido, con denominación de origen, con ubicación geográfica y un relato histórico. Se puede conocer su trazabilidad e incluso qué es lo que come", precisó.
Unidos por las cerezas
Una historia bastante potente es la de la cooperativa Cerecoop, que agrupa a 42 productores de esta fruta. Su presidente, Enrique Schencke, explicó que, como miembro ya de una cooperativa lechera, este modelo es fundamental de replicar para dedicarse a desarrollar cualquier actividad agrícola.
"Con esa premisa nos pusimos en contacto con nuestro actual coordinador, Michel Junod, a quien conocía de años y lo invitamos a que nos ayude con esta idea. Así, con mucho esfuerzo inicial, dimos los primeros pasos", relató.
Enrique Schencke agregó que rápidamente varios productores de cerezas de la región se fueron encantando con este proyecto, por lo que en seis meses se constituyeron como cooperativa, en un momento mundial muy complejo, en medio de la pandemia. El coordinador fue clave para invitar gente, en un contexto totalmente virtual donde generar confianza era todo un desafío.
Uno de los obstáculos que complicó a esta agrupación fue que, en general, no existe mucha disposición expedita de información sobre el tema y hay varias experiencias que no fueron tan afortunadas, todo lo cual hace que los productores sean muy cautos a la hora de decidir integrarse.
Actualmente, los 42 cooperados brindan un soporte de cerca de 300 hectáreas para el cultivo de esta fruta, donde la mayor parte de estos terrenos están en producción y algunos también en plantación.
"No todos los miembros de Cerecoop tienen huertos de cerezos, sin embargo, el proyecto logró encantar a varios jóvenes e hijos de productores, que ven en el largo plazo una interesante alternativa para desarrollarse. Esperamos incorporar algunos huertos cada año, de tal manera de robustecer nuestra cooperativa y agregar talento a la organización", expresó.
En cuanto a las ventajas que han podido observar de este modelo, Schencke afirmó que guardan relación con la administración, ya que las decisiones son horizontales, donde cada socio tiene el mismo poder a través de su voto, independiente de su tamaño, fortaleciendo la confianza e igualdad de oportunidades.
A futuro, Cerecoop proyecta buscar mejores precios y mercados para la cereza tardía del sur del país y también para la fruta no exportable, que representa cerca del 20% de la producción; asimismo, el procesamiento de la fruta en otros productos con valor agregado y lograr la integración con los procesos de exportación.