Un 63% de los habitantes de Los Ríos tiene trastornos de sueño. Es decir, no logra conciliarlo bien, lo hace pocas horas, tiene molestias en las noches, ronca, o no le resulta reparador. La cifra es superior al promedio nacional que bordea el 60 por ciento, aunque el índice país sube a 83% cuando se incluye en él a quienes dicen no sentirse satisfechos con la calidad del descanso que logran, algo especialmente acentuado durante la pandemia. (www.clinicalaemanavaldivia.cl/ ; www.somno.cl)

Los números inquietan. Dormir en las noches es una acción básica del cuerpo humano que permite equilibrar el organismo y sobrevivir; si falta o se altera, incide directamente en la salud, en el desarrollo infantil, en las relaciones interpersonales.

Gravita en especial sobre la calidad de vida de los adultos mayores. Un estudio publicado hace pocos días por la Universidad de Exeter (Reino Unido) indica que quienes no tienen una buena higiene de sueño, sufren una percepción más negativa de su envejecimiento, por el cansancio continuo que sienten y las enfermedades que vienen asociadas en el área física y mental, aumentando riesgos de problemas cardiovasculares, metabólicos, cognitivos y afectivos. De hecho hay algunas teorías que vinculan la falta de buen sueño con alzheimer y la depresión. Además, también las causas de los trastornos son complejas. Muchos se asocian al sobrepeso u obesidad, tabaquismo, consumo de alcohol y estrés.

A nivel internacional hay inquietud por el tema, pues se trata de un problema que crece. Por lo mismo, se efectúan llamando la atención sobre las consecuencias que trae dormir mal, sobre la urgencia de abordarlo y recibir atención a tiempo; pues a menudo se comete el error de consultar a un médico cuando el daño resulta insoportable. En la región existe solamente una opción privada de especialistas en esta área; pero, considerando lo expuesto, sería importante que se abriera también al ámbito de la atención pública y municipal, para el cuidado en particular de los mayores , pero también para prevención. No olvidemos el lema que tuvo este año el Día Mundial instaurado por la Asociación Mundial de Medicina del Sueño: "Sueño regular para un futuro saludable".

Nelson Mandela fue uno de los líderes más grandes y reconocidos que ha tenido la humanidad, cuya influencia, carisma y magnetismo personal permitió sanar y unir a una nación como Sudáfrica, dividida y destrozada internamente por el estigma del racismo, la injusticia y la existencia de grandes brechas económicas y sociales que tuvo al país al borde de una guerra civil.

Una de las frases más significativas que distinguían a este gigante entre los líderes y que él repetía incansablemente, era: "La educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo". La razón es muy simple: la educación es el gran motor del desarrollo personal y del potencial que representa el talento y el capital humano de una nación, único capital que no se deprecia, sino que, por el contrario, con cada día que pasa aumenta su valor en conocimientos, habilidades y capacidades a través de la educación y formación.

Basta pensar que el lema que distingue a Harvard, una de las universidades más prestigiosas del mundo, es: "El conocimiento es poder" y cuya misión se orienta, justamente, a educar a los futuros líderes, centrando sus esfuerzos en alcanzar un mundo más justo, equitativo y promisorio. ¡Cuánta falta nos hacen grandes ideales y objetivos como éstos!

Mandela fue un ser humano que mostró al mundo cómo debe comportarse y actuar un verdadero líder, por cuanto, a pesar de haber sido humillado, golpeado y encarcelado injustamente durante 27 años, perdonó de corazón a todos aquellos que tanto daño le causaron a él y a su familia, dedicando el resto de su vida a trabajar arduamente por el bien común de su país y no para beneficio propio o para favorecer intereses partidistas y/o particulares.

Nuestros supuestos "líderes" deberían entender -y tener muy claro- de una vez por todas, que la educación, formación y capacitación deben enfocarse como los factores claves y estratégicos que representan la mejor inversión en capital humano y en la gestión del talento de las personas.

Destaquemos, finalmente, una frase de Mandela que merece toda nuestra atención y admiración: "Derribar y destruir es muy fácil. Los verdaderos héroes son aquellos que construyen y trabajan por la paz".

Dr. Franco Lotito, profesor del MBA de la UACh