Genialidad olímpica de Alexis Sánchez renovó el sueño mundialista de la Roja
QATAR 2022. El tocopillano convirtió el gol ante Paraguay y le dio a Chile su tercer triunfo consecutivo. "La Generación Dorada no está muerta", dijo Lasarte.
Redacción
Alexis Sánchez se volvió a convertir en el héroe de la Selección chilena y con un golazo -autogolazo para los que se fijaron más en la repetición televisiva- metió a Chile en la lucha por un cupo para el Mundial de Qatar 2022, tal como alguna vez convirtió el penal que le dio su primera Copa América a la Roja.
Con todo su talento y también su inteligencia, el Niño Maravilla encontró la forma precisa para destrabar un partido complicado y le dio al equipo nacional el triunfo que necesitaba para instalarse en el quinto lugar de la tabla (podía ser cuarto, dependiendo del resultado de Brasil frente a Colombia) e ilusionar a los hinchas con una nueva Copa del Mundo. Lo suyo simplemente fue brillante y demostró por qué está entre los mayores ídolos de la historia del fútbol chileno y el máximo goleador del combinado nacional.
Alexis fue el abrelatas en un duelo cuyo desarrollo no pudo ser más típico: mientras Paraguay jugó su fútbol tosco y directo, de pelotazo largo y sin mayor construcción para intentar llegar al arco de Claudio Bravo, Chile tocó y tocó hasta el cansancio sin lograr marear a su rival.
A los 7 minutos un centro de Matías Rojas se cerró mucho sobre el arco de la Roja y pegó caprichosamente en el palo sin entrar. Fue un gran susto para el equipo de Lasarte, pero no pasó de eso.
La Albirroja siguió intentando a trazos largos sin mayor éxito, al tiempo que la Selección nacional buscaba conectar a sus jugadores del mediocampo para acercarse al pórtico de Antony Silva.
Marcelino Núñez corrió muy bien por la franja derecha, pero se notó que no es el puesto que mejor maneja y por momentos le faltó la fineza que sí mostró por el sector opuesto Eugenio Mena, un especialista en la banda izquierda.
Por arriba no
A los 31 minutos se juntaron bien Alexis Sánchez con Mena, quien sacó un centro que no encontró una cabeza. En la insistencia, el Niño Maravilla buscó otra vez por alto sin éxito.
En esa labor solo estaba disponible Ben Brereton, quien siempre fue cubierto por al menos dos defensores guaraníes, como para demostrar que por arriba no se le juega a Paraguay.
El goleador del Blackburn tuvo una cerca del final de la primera etapa, pero al echar a correr la pelota le quedó muy larga y chocó con violencia con Gustavo Gómez, lo que le valió al chileno una tarjeta amarilla que lo dejó suspendido para el duelo del martes contra Ecuador.
El primer tiempo se cerró con la sensación de un duelo equilibrado que podría definirse con un error o una genialidad.
La genialidad
Parecía que el segundo tiempo calcaba lo ocurrido en la etapa inicial. Chile salió a seguir tocando, pero su rival se durmió y dio pie a que aparecieran los mejores valores de la Roja.
Un tiro desde fuera del área de Arturo Vidal sorprendió al portero local, quien con un manotazo desesperado tiró la pelota al corner a los 54 minutos. Entonces vino la magia de Alexis Sánchez, el dueño de todos los tiros de esquina en ausencia de Charles Aránguiz, con quien suele turnárselos.
Sánchez fue hasta la equina izquierda del ataque nacional, levantó la vista para tener un panorama de cómo estaban parados defensores y atacantes y pateó con todo el efecto posible, cerrado sobre el arco de Silva para lograr un gol olímpico. Silva, sorprendido, no fue capaz de atrapar la pelota: Pudo ser gol olímpico o autogol, pero Alexis lo provocó de manera brillante.
La resistencia
Después del gol, Paraguay intentó reaccionar. Guillermo Barros Schelotto, debutante en la banca guaraní, empezó a hacer cambios para buscar una mejoría que se le negaba.
Del lado chileno se produjo una baja difícil de suplir: a los 66 salió lesionado Gary Medel, quien con su partido de ayer demostró que nunca hay que sacarlo de la defensa roja, ni siquiera para adelantarlo a la zona de volantes.
Lo reemplazó Francisco Sierralta, quien permitió ganar altura en la zona defensiva.
Cerca del final, a los 82 minutos, también salió resentido Arturo Vidal. Entró Eduardo Vargas para mantener la pelota lejos del arco de Bravo y la tarea se logró: Chile ganó su tercer partido seguido y puede soñar con un nuevo mundial para su Generación Dorada.
"Algunos nos dieron por muertos y eso nos sirve para tener más rebeldía", dijo Lasarte tras el partido. "Creo en la unidad grupal, valores que están un poco olvidados. Este grupo me tiene muy satisfecho, son grandes personas. La generación dorada no está muerta y los que la están acompañando tampoco", cerró el técnico.
16 puntos completó la Selección chilena en el quinto lugar de la tabla, que da paso al repechaje.