Minoristas y nueva realidad en ventas
Menores restricciones sanitarias han permitido un crecimiento de las castigadas actividades comerciales. Hay un aumento exponencial de las ventas online debido a las restricciones, pero aún con la apertura sanitaria esa modalidad muestra una tendencia a mantenerse en tiempos normales.
Cierto optimismo se advierte en el comercio minorista especialmente por el crecimiento de las ventas presenciales, duramente afectadas como resultado de la pandemia y también por las acciones violentistas de fines de octubre de 2019. Esta situación está favorecida por menores restricciones sanitarias, por un aumento de la liquidez fruto de las ayudas estatales, del retiro de fondos de la AFP y mayor normalización de las actividades laborales.
Así, se advierte un aumento en la demanda de bienes de consumo durables, como electrodomésticos y televisores, e incluso una escasez de algunos de esos artículos. Un índice a la vista de todos es la gran cantidad de cajas de esos productos que se ven como desecho en las calles, lo que va en beneficio de los cartoneros.
Un rubro que muestra alta demanda es el de los automóviles nuevos y usados. Muchos distribuidores de vehículos cero kilómetros presentan quiebre de stocks.
Importante es la apertura y crecimiento asociado del rubro gastronómico, uno de los más castigados por las restricciones propias de la pandemia.
También se advierte una elevada demanda de materiales de construcción, tanto para nuevas edificaciones como para diversas renovaciones domésticas. Todo lo señalado es un factor en los positivos índices de actividad económica que mide el Banco Central mensualmente.
En cifras, el movimiento del comercio minorista llega a un incremento del 34,6%. Algunos rubros muestran números impresionantes que son reflejo de las pasadas restricciones que han afectado en especial a algunos sectores, como vestuario y calzado, que al primer semestre aumentó en 562,5%.
La venta digital existía especialmente en el retail, pero se perfeccionó en ese sector y también se extendió a un amplio sector del comercio minorista. Lo anterior supone desafíos en cuanto a programas, redes de comunicación, medios de pago y logística. Todos estos rubros, en particular la logística, la entrega del producto en la puerta del consumidor, han significado nuevos puestos de trabajo, precarios algunos, y desafíos para el comercio.
Frente a estas nuevas realidades los minoristas deben adaptarse y es ahí donde el Estado tiene que prestar apoyo tanto económico, focalizado por sectores, como en capacitación para llegar así a una igualdad que favorezca el crecimiento de todos los rubros, en particular las pymes.