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Gobierno regional
La reciente elección de los gobernadores regionales y su entrada en funciones son el punto de partida de un camino sin retorno en el proceso de descentralización, expresión que hasta ahora sólo había quedado en eso, en palabras.
De la noche a la mañana desapareció la tan arraigada figura del intendente, reconvirtiéndose en el delegado presidencial regional, autoridad que sigue manteniendo importantes atribuciones, principalmente asociadas a políticas públicas del gobierno de turno, gestión local de los servicios públicos y, por cierto, a los recursos, ámbitos relevantes para la satisfacción de los intereses de la comunidad y de las necesidades de las personas.
Así, y gracias al especial diseño político construido por el legislador nacional -que claramente sólo de manera muy incipiente y tenue estaba dispuesto a ceder poder en favor de las regiones-, deberemos convivir por algunos años con una dualidad de autoridades regionales que, por el bien de todos, están llamadas a contribuir y facilitarse las cosas recíprocamente; coexistencia que debiera diluirse de forma progresiva en favor del gobernador a través de la transferencia de competencias regulada en la Ley 19.175 y de futuros cambios normativos al diseño.
Por lo mismo, es de esperar que las fricciones que han aparecido entre estas autoridades a lo largo del país, sillón tipo bergere incluido, sean prontamente superadas.
En todo caso, esta cohabitación no debe confundirnos. La máxima autoridad regional hoy es el gobernador regional. Es él quien tiene la responsabilidad de conducir los destinos de la región aun cuando todavía no tenga todas las riendas en su mano. De ahí que sea auspicioso que a pesar de todas las dificultades que pudieran existir, el gobernador regional de Los Lagos esté exhibiendo un activo posicionamiento local, con un sello de trabajo en terreno, horizontal y cercano, buscando recoger de primera fuente los insumos necesarios para llevar a cabo su gestión.
Pero en esa tarea no estará sólo y no depende únicamente de él. Los consejeros regionales que a fin de año serán elegidos deberán estar también a la altura de los cambios y nuevos desafíos que serán más exigentes, ya que el peso de la responsabilidad se trasladó por completo al Gobierno Regional que integran, sin que la coexistencia con el representante del Ejecutivo u otras autoridades puedan servir de excusa.Marcos Emilfork Konow, ex fiscal regional de Los Lagos
Luchas internas
No es de sorprenderse que en política existan las famosas peleas del "¿quién es el más?". Estas luchas internas, con la finalidad de descubrir al hincha acérrimo dentro de las bancadas de izquierda a derecha, demuestran una especie de satisfacción dentro de quienes componen la organización; empero, terminan creando una división con sus congéneres.
De esta manera, el partido político no se centrará en cómo avanzar en ideas, propuestas y mucho menos estarán dispuestos a dialogar. En otras palabras, al crear extremos terminan desligándose del "¿qué necesitan las personas?" y se centran en el "¿qué necesita mi partido?".
Daniel Soto
Inconsistencia temporal
Una política económica es inconsistente temporalmente cuando existen incentivos para abandonar un plan óptimo a largo plazo. Este es el mismo dilema al que se enfrentó Ulises en la Odisea de Homero. Ulises había escuchado que con sus cantos las sirenas seducían a los marineros de las embarcaciones para luego matarlos. Por esta razón, ordenó tapar con cera los oídos de sus remeros, se hizo atar al mástil del navío y pidió que cualquier orden suya fuese ignorada. Si bien esta decisión parecería no ser óptima inicialmente, ¿por qué se perderían el bello canto de las sirenas?. Esta solución les permitió a los tripulantes mantenerse alejados del peligro.
La próxima semana se comenzará a discutir iniciativas asociadas a un cuarto retiro de los fondos previsionales. Si bien un nuevo retiro tiene un beneficio político para algunos, este exacerbará el debilitamiento de nuestro sistema de pensiones, afectando gravemente el bienestar futuro de todos los chilenos. Chile es un país que envejece y su población optaría en gran mayoría por hacer retiros de sus pensiones para satisfacer 'deseos' actuales al costo de sacrificar necesidades y bienestar futuro.
Esperemos que nuestros legisladores tengan la sabiduría de Ulises, rechazando las iniciativas de un cuarto retiro, y sean capaces de dejar a un lado beneficios políticos cortoplacistas.
Los costos de la pandemia con ciertos y evidentes, pero los legisladores se deben esforzar en promover políticas orientadas a mitigar los efectos de la pandemia en los sectores más vulnerables de la población y no en desmantelar las futuras pensiones de todos.
Patricio Valenzuela