La distracción en la conducción es una de las principales causas de los accidentes y el celular al volante ha sido catalogado como distractor tecnológico de alta peligrosidad, según la Comisión Nacional de Seguridad del Tránsito (Conaset). El uso del celular en todos los espacios y momentos se ha convertido en una epidemia ciudadana y se ha transformado en una necesidad incontrolable, sobre todo para los conductores, para quienes es tentador hablar por teléfono o enviar mensajes.

El organismo ha dicho que a nivel nacional, en los últimos siete años se ha duplicado la cantidad de siniestros viales por no estar atento a las condiciones del tránsito. La manipulación del teléfono se considera una de las imprudencias más graves al volante, pues se deja de prestar atención de las condiciones de tránsito y del entorno.

Carabineros ha advertido a los conductores, con motivo de las vacaciones de invierno, acerca de la necesidad de que se preocupen de la seguridad de la familia y de los demás. Muchos de esos accidentes están asociados a la conducción bajo los efectos del alcohol o en estado de ebriedad, una realidad que no ha logrado remediarse, aun con la aplicación de la Ley Emilia, que elevó las penas a los infractores que causen la muerte de personas. A eso se suma la conducción a alta velocidad que se advierte en autopistas e incluso en calles urbanas, o manejar un vehículo hablando por celular o escribiendo en WhatsApp.

Los estudios indican que más del 90% de los accidentes ocurren por imprudencias o fallas humanas, lo que coloca a los usuarios de la vía pública como los primeros responsables para mantener la seguridad vial. Es que muchos de éstos terminan con muertes que son evitables, por lo que la conducción responsable debe abordarse frecuentemente para que los conductores entiendan la gran responsabilidad que asumen cuando guían un automóvil.

Mirar el celular mientras se conduce un vehículo puede provocar accidentes y pese a que actualmente la ley sanciona estas acciones, expertos en seguridad de tránsito afirman que no es suficiente para terminar con estas prácticas. Es obligación de cada uno de los conductores asumir que de sus manos dependen varias vidas, empezando por la suya.

En tiempos donde nos embarga la incertidumbre por los cambios sociales que vive el país y los procesos venideros, debemos colocar nuestras esperanzas en un camino sin retorno y con un final feliz: el del desarrollo regional sustentable. En este no sobra nadie. En él podemos debatir para construir, discutir para perfeccionar y discrepar con límites, para que la Región pueda crecer sin límites de forma sustentable, teniendo presente que siempre será más importante la comunidad que la división y la fraternidad más que las diferencias.

El futuro desarrollo de Chile y sus regiones o es sustentable, inclusivo, paritario y descentralizado o no será desarrollo. Tener regiones fuertes y municipios fuertes es el desafío, porque en nuestra patria debemos cambiar la forma de toma de decisiones. Estas serán con más participación y protagonismo de los territorios. Esa es nuestra más firme convicción y compromiso con las familias de la Región de Los Lagos.

Nuestra tarea, desde la Gobernación Regional, recién comienza y no es de una persona, en ella, la comunidad puede contar también con un Consejo Regional entregado al servicio público y la responsabilidad de ser un pilar en este desarrollo donde la región es protagonista y generadora de sus propias oportunidades. En este proceso constante, tenemos el deber, como sociedad, de empoderarnos, informarnos y hacer nuestro este renovado instrumento de independencia creativa, como es el Gobierno Regional.

Debemos construir una fuente de orgullo local, pero también de efectividad y eficiencia en la administración, para que las generaciones futuras anhelen ser un aporte en sus territorios, teniendo como ejemplo nuestra época, en la cual se sentaron las bases para el desarrollo sustentable, poniendo en el papel protagónico las necesidades de las cuatro provincias de la región, pero también sus ideas, propuestas y esfuerzos por avanzar en comunidad.

Somos gente de esfuerzo, tenemos ese tipo de sueños que permite cambiar la realidad para mejor. Porque tenemos un proyecto claro, una meta compartida, un destino común. Nos proponemos encarnar un sueño colectivo capaz de crear realidades mejores que puede inspirar a muchos y muchas a lo largo de todo el país. De esto, nadie puede quedar fuera.

Patricio Vallespín, gobernador regional