Desempleo de adultos mayores
Los cambios en la estructura demográfica del país están impactando también en el mercado laboral. Diversos estudios han demostrado que los chilenos prefieren retrasar su edad de jubilación, a diferencia de lo que ocurría antes.
En 1950, la esperanza de vida al nacer en Chile era de 54,8 años y hoy es de 85 años para las mujeres y 80 años para los hombres. Así, los adultos mayores suman más de tres millones de personas y se espera que en 2025 representarán el 20% de la población. Estos cambios en la estructura demográfica también han impactado de manera importante en la configuración del mercado laboral.
Es cierto que Chile envejece a tasas aceleradas, lo que tiene repercusiones de salud, económicas y sociales que exigirán repensar las políticas públicas, pues parece que la sociedad no está preparada para enfrentar este rápido cambio en la pirámide etaria.
Tal vez en conocimiento de ello es que los adultos mayores que están en el mercado laboral no tienen incentivos para abandonarlo a la edad de 60 y 65 años. Un estudio que a nivel internacional realizó la firma Mercer reveló que en el caso de Chile, el 68% de las personas espera seguir trabajando cuando cumpla la edad de jubilarse. La investigación mostró que un 39% de los participantes dijo tener buena salud, compatible con el trabajo que desempeñan, y que sólo un 26% está tranquilo con lo ahorrado para su jubilación.
Al parecer, parte importante de los chilenos tiene internalizada la necesidad de extender su vida laboral. Si bien hace unas décadas los trabajadores trataban de adelantar la jubilación, aun castigando la pensión, en la actualidad ocurre lo contrario.
Es importante comprender que los costos de una edad de jubilación baja, en comparación con otros países, deben ser soportados por los usuarios a través de menores pensiones. Por el contrario, atrasar en cinco años la jubilación puede aumentar la pensión entre 35% y 50%, no tanto por el mayor monto cotizado, como por el menor número de años en los que debe repartirse lo ahorrado.
La pandemia y sus consecuencias en el mercado laboral han alterado esa situación. Se estima que en 2020 se perdieron casi dos millones de empleos en el país, por el cierre de empresas, mientras otros quedaron con sus trabajos congelados, a la espera de mejores condiciones. Si bien esto ha afectado a todos los segmentos, ha sido particularmente difícil para las personas mayores, que sufren tanto por las bajas pensiones como por las pocas oportunidades en el mercado laboral.