Vecinos denuncian falta de locomoción colectiva en los barrios durante la pandemia
NECESIDAD. Dirigentes y usuarios aseguran deben esperar horas o caminar en horarios punta por la baja circulación de colectivos y microbuses en sectores como Ovejería, Rahue Alto norte, Francke, entre otros. Seremi reconoce el problema y asegura que fiscalizan. También tramitan la aplicación del plan de ordenamiento del transporte público.
Esperar por horas o caminar varias cuadras para tomar locomoción colectiva es la compleja realidad que enfrentan miles de personas en los distintos barrios de la comuna, quienes durante la pandemia han vivido con impotencia la drástica disminución del transporte público urbano del cual dependen para desplazarse desde sus hogares hacia lugares de trabajo, centros de salud, puntos de abastecimiento, entre otros.
Entre los sectores más afectados están Ovejería Alto y Bajo, las villas Cautín, Santísima Trinidad, La Cumbre, Paula Jaraquemada, Lololhue, Metropolitana, Quinto Centenario, entre otras ubicadas en Rahue Alto norte, donde usuarios y dirigentes aseguran que pese a las constantes denuncias realizadas por el incumplimiento de las frecuencias, recorridos e incluso tarifas, no existe fiscalización, control o sanciones para los operadores del transporte público mayor y menor, ni tampoco se buscan soluciones alternativas para garantizar un servicio acorde a las necesidades de la comunidad.
Durante los 13 meses que la crisis del covid afecta al país, se han implementado una serie de medidas para intentar frenar el avance de la enfermedad en la comunidad, como las cuatro cuarentenas decretadas en Osorno, lo que ha influido en la disminución del transporte público, problema que se mantiene incluso una vez que la comuna avanza a Fase 2.
Drama en horas punta
Es justamente la baja en cuarentenas la que los vecinos aseguran se mantiene aun cuando se levanta la medida, lo que se evidencia principalmente en horarios punta de la mañana, mediodía y tarde, donde decenas de personas esperan en los paraderos, esquinas o caminan para acortar para avanzar un poco y hallar locomoción.
Matilde Sanhueza vive en Villa Santísima Trinidad y trabaja en las cercanías del Terminal de Buses en calle Errázuriz, por lo que cada día sale cerca de las 7 de la mañana para encontrar locomoción colectiva, lo que resulta una tortura en invierno.
"Nunca hemos tenido un buen servicio, pero durante la pandemia esto es dramático, porque con el paso de los meses andan menos colectivos y para qué hablar de micros. Argumentan que es por falta de pasajeros, pero resulta que durante la semana somos cientos los que debemos estar horas al frío y la lluvia esperando. Pienso que es un abuso de los dueños que ya pillaron que con menos vehículos ganan más y la gente no les importa nada", señaló molesta.
Olga Manque, presidenta de la junta de vecinos de Villa Cautín en Rahue Alto, coincide con el diagnóstico de la falta de locomoción colectiva desde y hacia Rahue Alto norte, lo que se evidencia cada mañana con personas caminando por las calles con la esperanza de encontrar un móvil.
"Lo más triste es que cuando uno reclama públicamente los choferes de colectivos se enojan y menos pasan. Entendemos que muchos toman resguardos, pero otros simplemente andan cuando quieren, porque saben que nadie los fiscaliza. Las micros para que decir, vemos cómo en las calles está la gente esperando y en los terminales casi todas las máquinas paradas", indicó.
La pandemia también ha dejado como consecuencia un notorio aumento del parque automotriz de vehículos particulares, que es visible durante los tacos que se generan en las mañanas por las vías estructurales como Inés de Suárez, avenida República o Héroes de la Concepción. Es ahí cuando, según los vecinos, se nota la menor presencia de transporte público mayor y menor, lo que afecta la calidad de vida de la comunidad más vulnerable.