En las últimas décadas, el discurso medioambientalista ha calado hondo en la discusión mundial. Nadie duda que los efectos nocivos que la acción del hombre está ejerciendo sobre el planeta pueden llevarlo incluso a una situación extrema de poner en peligro la vida humana y de otras especies.

Diferentes estudios dan cuenta del deterioro que ha ocurrido en el último siglo. El aumento de gases de efecto invernadero y el aumento de las temperaturas son una bomba de tiempo que amenaza con el derretimiento de los casquetes polares y con ello, un enorme riesgo sobre países y zonas costeras densamente pobladas. Informes de la ONU y otros organismos han insistido en los efectos que ya comienzan a sentirse, como es el caso del cambio climático.

En nuestro país, se han dado pasos importantes con el fin de mitigar los daños que se producen a la naturaleza, como la ley que eliminó la entrega de bolsas plásticas en las tiendas y supermercados, ya que muchas de ellas terminaban en los ríos o en el mar. O el programa acordado en 2019 para la descarbonización en dos etapas de la matriz energética, de manera que ya se ha iniciado el cierre de plantas termoeléctricas a carbón.

La adopción del programa de reciclaje por parte de los países industrializados fue el resultado de la preocupación ciudadana respecto a la acumulación de desechos, el deterioro de los recursos naturales y la salud pública, y el interés gubernamental sobre la crisis ambiental planetaria.

Hoy como nunca, nuestro planeta está sometido a cambios y desafíos de enorme magnitud, los que son causados por el hombre. El calentamiento global que hemos generado es la mejor prueba de ello. Se han adoptado muchas regulaciones, que tal vez no sean suficientes, pero también es cierto que se ha ido formando conciencia de que debemos cambiar nuestro comportamiento y visión respecto a nuestro entorno. Los efectos del cambio climático ya están en marcha y solo nosotros podemos evitar un colapso aún mayor del medioambiente.

El sistema de educación superior ha estado tensionado por muchos años con demandas históricas de parte de las universidades públicas que son las estatales y como lo es la Universidad de Los Lagos, demandas que han sido por un mayor apoyo y reconocimiento de parte del Estado. El año 2018, es relevante para la educación superior con la aprobación de las leyes de Educación Superior y la Ley de fortalecimiento de Universidades Estatales, que impulsan una nueva forma de desarrollo para la educación terciaria en nuestro país, y relación del Estado y las autoridades públicas con sus universidades.

En la actualidad es impensable concebir una universidad pública sin considerar su contribución al desarrollo del territorio que las acoge. La Ley de Universidades Estatales en regiones es relevante atendiendo la nueva configuración de Gobernadores electos, ya que ambas institucionalidades pueden colaborar en la atención de provisión de bienes públicos, en un trabajo conjunto que implica: colaborar en el establecimiento de planes de formación de capital humano según las necesidades de nuestra región; crear o fortalecer centros de investigación destinados a profundizar el conocimiento y la innovación que atienda problemas o fenómenos regionales; aportar en la elaboración de políticas públicas de relevancia estratégica; y, elaborar programas y acciones que contribuyan con conocimiento nuevo para la reactivación económica postpandemia.

Esta nueva etapa nos plantea oportunidades y desafíos para la universidad que dirijo y lo asumimos con responsabilidad y compromiso, frente a desafíos que trazan un horizonte en el que debemos proyectarnos con la sociedad que ha recuperado el sentido público, y nos desafía a ser referente de calidad y dar respuesta a las problemáticas que enfrentamos en temas estratégicos para la región, en apoyo en la construcción de políticas regionales en materia de calidad de vida y bienestar humano, envejecimiento, obesidad infantil, acuicultura sustentable, desastres naturales, recursos agroalimentarios, cambio climático y biodiversidad, entre otros.

Desde el 16 de julio, desde el primer día que asuma con propiedad el nuevo gobernador regional nuestra universidad de carácter pública se colocará a disposición de las tareas que requiera para contribuir en el desarrollo, diseño y rediseño de políticas públicas que aseguren una mejor calidad de vida para las ciudadanas y ciudadanos de nuestra región.

Óscar Garrido , rector Universidad de Los Lagos