La política chilena sigue dando ejemplos de desconfianza e incertidumbre hacia sus propios orígenes, como también se empiezan a vislumbrar nuevos equilibrios, las diversas situaciones que se han ido generando respecto a la Convención Constituyente, y al llamado de un sector constiuyente de no reconocer el acuerdo como las bases por la paz y la nueva Constitución del 15 de Noviembre de 2019.

Además del proyecto de ley que presentó una indicación para retirar el 100% de los fondos de capitalización individual, han dejado al descubierto las verdaderas líneas de acción de aquellos sectores radicales y de izquierda en relación a la propiedad de los aportes previsionales de cada trabajador, y la razón para llevarlos a un fondo solidario que sea administrado por el Estado, que se caracteriza por no ser eficiente.

Estos reales intereses son un ataque a la propiedad privada de los ahorros previsionales que cada trabajador ha realizado durante su vida laboral, concepto que en si mismo será parte en la discusión de la nueva Constitución.

Estos temas igualmente fueron abordados en el conclave con el Multigremio Nacional, que reunió a más 150 gremios a lo largo del país, y cuyas preocupaciones principales, son el derecho de propiedad, el presupuesto y gasto fiscal (Estado Eficiente), principios tributarios y equidad (Reforma Tributaria), Derechos de agua y la relevancia que tienen los gremios en lo que será la redacción de una nueva Constitución, teniendo igualmente mucha preocupación en algo que nos hace mucho sentido, los gremios manifiestan de manera importante que los principales temores del sector tienen relación con que se genere un clima de violencia y polarización extrema en el país, situación que puede ser muy relevante a la hora de enfrentar las próximas elecciones Presidenciales.

En su conjunto no está mal que estos temas se vayan clarificando. Existen límites y dilemas que han permanecido por demasiado tiempo en la nebulosa de las consignas populistas y ostensiblemente ideologizadas.

Los próximos meses serán claves para generar opinión, dialogo y encuentro para identificar los grandes acuerdos que deberían estar en la nueva constitución, y para ello se necesita un compromiso más activo de la ciudadanía, es hora de conversar y construir.

Carlos Bustos, presidente Multigremial de Osorno

Una excelente noticia internacional en materia de salud fue conocida hace pocos días y, aunque pasó algo inadvertida por el lógico foco puesto en la pandemia, es muy importante: fue aprobado el primer medicamento contra el Alzheimer, enfermedad que afecta a más de 50 millones de personas en el mundo.

El medicamento es de Biogen Idec, empresa multinacional dedicada a enfermedades neurológicas; se llama Aduhelm y fue autorizado por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de Estados Unidos tras estudios que mostrarían -dijeron desde la FDA- "una probabilidad razonable de eficacia" frente a los posibles causantes de esta enfermedad (biogen.com).

Es necesario decir que la información también ha causado polémicas por el alto costo del producto, la rapidez del proceso de aprobación y sus posibles contraindicciones; pero la importancia de lo sucedido radica en que se trata del primer avance registrado en 20 años, relacionado con un fármaco para este mal.

El tema es interesante de observar desde el conocimiento que han desarrollado científicos de regiones. Durante más de una década el Alzheimer ha sido estudiado en Valdivia por equipos científicos de la Universidad Austral de Chile y el grupo que lideraba la doctora Carola Otth, llevó adelante importantes investigaciones respecto del posible vínculo entre su aparición y el Herpes Simplex tipo 1 (HSV-1), el cual causaría infección persistente latente en las neuronas y afectaría estructuras del sistema nervioso central. Asimismo -de acuerdo a una publicación de Uach- se ha estimado que el virus se encontraría presente casi un 70% de la población mayor de 50 años.

A nivel nacional, desde 2017 existe un Plan de Demencia para atender a los pacientes y a sus cuidadores, mientras que desde 2019 tiene garantías GES; sin embargo aún no se cuenta con atenciones suficientes y prevención adecuada. En ese escenario, esta noticia llegada desde Estados Unidos sin dudas sirve para volver a hablar al respecto; más aún si se considera que en el país esta enfermedad es padecida por 220 mil personas. Eso, sin contar a las familias, que acompañan este duro proceso.