Volver al colegio según Milena Busquets
La mejor amiga de la escritora española murió de leucemia cuando ambas tenían 15 años. Nunca pudo sacarla de su cabeza. Y ahora fue a buscar su recuerdo al lugar donde estudiaron juntas.
La escritora española Milena Busquets regresa a la ficción con "Gema", el cuarto de sus libros en el que recuerda a una amiga del colegio que murió de leucemia.
En el libro, la autora deambula por su natal Barcelona, buscando pistas de su niñez y adolescencia en el Liceo Francés. En el camino, la hija del poeta Esteban Busquets y la editora Esther Tusquets se ve enfrentada a los vaivenes de su vida como madre, amante y escritora.
Las compuertas de su memoria se abren hacia imágenes del patio del colegio y los juegos infantiles, donde se recorta la tez pálida y los ojos inquisitivos y burlones de su amiga.
"A los quince años ya sabemos todo lo que sabremos sobre la amistad. No mejoramos como amigos, en todo caso, empeoramos. La amistad alcanza su plenitud radiante y absoluta en la infancia", plantea ella.
Paralelamente a su memoria, traduce del inglés y del francés y reflexiona sobre lo masculino, el nuevo feminismo y la frivolidad: "Un formidable vehículo para la inteligencia y el humor, que había sido aparcada y relegada".
En "Gema", Busquets ahonda en descripciones. Por ejemplo, la del inspector del colegio al que vuelve a buscar pistas sobre su amiga: "Monsieur González era un hombre afable de mediana edad, llevaba un traje de color gris, de su talla pero no demasiado planchado, con una hombrera un poco más baja que la otra, que le daba un aspecto cercano y simpático, un poco vacilante, como su tuviese una pata de palo, nada que ver con los temibles proviseurs de mi época. Parecía serio, pero flexible, inspiraba confianza, hubiese podido ser el panadero generoso y bonachón de un cuento de hadas. Seguro que le gusta comer y que disfruta de un buen chiste, pensé. No mostró el menor interés en hacerse amigo mío, solo quería ayudarme".
Y allí vuelve Milena Busquets al colegio, una y otra vez en busca de "Gema".
-¿Cuál fue el detonante de esta novela?
-No sé si hubo un detonante en particular. Era una historia que venía acompañándome desde hacia muchos años. Nunca olvidé a Gema, la amiga que da título a la novela, y siempre pensé que en algún momento me acabaría enfrentando a su lejano recuerdo.
-¿Siempre la pensó como una novela breve?
-Me gusta mucho el formato de novela corta, creo que encaja bien con mi estilo y con mi forma de narrar, pero uno al principio no sabe si lo que va escribir ocupará 120 páginas o 300. Eso sí, una vez que has dicho lo que tenías que decir, no veo razón para alargarse más.
-¿Por qué quiso escribir sobre una especie de fantasma de la memoria, sobre una muchacha que muere en la flor de la vida?
-Me parece que para el ser humano el momento de acompañar a sus seres queridos hasta la muerte es importante. Tanto si mueren por enfermedad o por causas naturales, nunca es una etapa fácil y a los quince años, menos. Yo lo he hecho de forma deficiente en todos los casos. Pero un escritor tiene el increíble privilegio de poder rescatar durante un rato a los muertos. Quería dejar constancia de que nunca olvidé a mi amiga.
-¿Cómo fue recordar los días del colegio y dar un vistazo a la amistad entre mujeres, desde que despunta en la infancia hasta la que se mantiene en los cuarentas?
-No tenía ganas de hacer un libro nostálgico ni sobre la memoria, lo que me interesa siempre es hablar del presente, del ahora, de lo que puede pasar a continuación. Yo fui bastante feliz en el colegio y tuve amigas increíbles, así que siempre las recuerdo con alegría y gratitud. Cuando me las vuelvo a encontrar, ahora que ya somos tan mayores, no puedo evitar verlas como eran hace treinta o cuarenta años y volver a adorarlas. Todo lo que sé sobre el amor lo aprendí con mis amigas de infancia y de adolescencia.
-¿Cuánto de autoficción hay en "Gema", cuál es la hebra biográfica y lo que sobrepasa a lo que sucedió?
-Estoy un poco harta del término 'autoficción', creo que la mayoría de los escritores lo utilizamos para escondernos. Yo creo que un escritor, escriba sobre lo que escriba, siempre está hablando de él. Y si es un escritor muy bueno, logra, a través de sus experiencias, hablar de las de todos.
-¿Cómo es su método de escritura, cómo se va aproximando a la voz del personaje que lleva el relato?
- Lo trabajo mucho, afino el oído y no dejo de escribir y reescribir.
-¿Y cómo le hace el quite al sentimentalismo en el que podría desbarrancar cuando reflexiona sobre el dolor?
-Jajaja. Es necesario estar muy atento. Por eso escribir es tan agotador y difícil, no se puede bajar la guardia ni un momento, el sentimentalismo, la cursilería y los lugares comunes están siempre al acecho.
-¿Qué ha podido concluir sobre la memoria y cómo vamos urdiendo recuerdos?
-He concluido que uno no elige realmente las cosas que recuerda y que le marcan.
-¿Cómo ha estado en estos días de cuarentena?
-Viví la cuarentena con mis dos hijos, de 13 y 21 años, en nuestra pequeña buhardilla. Nos sentíamos un poco como náufragos en medio del océano, que creo que es la sensación que tuvo todo el mundo. Pero estaba con los dos seres a los que más amo en este mundo así que dentro de todo, me sentí muy afortunada.
-¿Qué es lo que más extraña del mundo de antes?
-Tengo ganas de poder sentarme de nuevo en una terraza, delante del mar a tomar una copa de madrugada.
Busquets escribió antes un libro sobre la muerte de su madre: "También esto pasará".
"Gema"
Milena Busquets
Editorial Anagrama
152 páginas
$17 mil
Por Amelia Carvallo
"un escritor tiene el increíble privilegio de poder rescatar durante un rato a los muertos. Quería dejar constancia de que nunca olvidé a mi amiga".
Gregori Civera