Hace un mes la senadora DC por Atacama y Presidenta del Senado, Yasna Provoste, en medio de un muy mal momento político del Gobierno, encabezó las conversaciones con el oficialismo en torno a una agenda que se llamó de "mínimos comunes". Su figura logró entonces una mayor presencia, la cual no hizo sino aumentar tras las elecciones del 15 y 16 de mayo, alcanzando ribetes como posible presidenciable por Unidad Constituyente, tras la mala votación de la DC y la deposición de la candidatura de Ximena Rincón. La senadora Provoste desestimó esta posibilidad.

Esta semana ha sido una muestra más de su creciente protagonismo. Primero emplazó al Gobierno para que acelerase la presentación de los proyectos de ley que concretaran las conversaciones de "mínimos comunes" y, tras el anuncio de los primeros proyectos de dicha agenda, ha sido muy crítica de los mismos.

-Señaló a inicios de la semana que se acababa el tiempo para que llegaran los proyectos de "mínimos comunes" conversados con el Gobierno.

-Nos reunimos con el Presidente Piñera el 30 de abril, en un momento difícil para el país y para el Gobierno, luego de la aprobación del tercer retiro y del rechazo del Tribunal Constitucional al recurso presentado por Ejecutivo, sin apoyo de sus propios partidos. Planteamos que no era posible continuar con la lógica de la autoayuda de las personas, con las pymes abandonadas y con una pandemia que sigue desatada. En ese contexto, poniendo a las familias y sus necesidades en el centro, iniciamos como oposición un diálogo político y social transparente, abierto a la ciudadanía, para construir propuestas no sólo de los parlamentarios o de la oposición, sino que propuestas que efectivamente recogieran el planteamiento de los actores sociales afectados. Recogimos la opinión de ellos y construimos propuestas en cuatro ámbitos: Renta Básica Universal, apoyo a pymes y sectores abandonados; fortalecimiento de la estrategia sanitaria; y una batería contundente de fórmulas de financiamiento. Hicimos el trabajo que el Gobierno no fue capaz de hacer.

-¿Y por qué no le satisfizo el conjunto de medidas presentado?

-Porque nos encontramos de parte del Gobierno con una propuesta débil e insuficiente en pymes para hacer viable su salvataje, proteger el empleo y reactivar la economía; con un Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) extendido que hacía un mes el Gobierno había señalado como imposible; sin ninguna propuesta en términos sanitarios y ni una palabra en fórmulas de financiamiento. ¿Se avanza en algunos aspectos? Sí. De manera mezquina en algunos temas, insuficientes en otros.

-Uno de los principales temas era la Renta Básica Universal de Emergencia. ¿En qué difiere la propuesta de la oposición de la presentada por el gobierno?

-Son tres diferencias fundamentales: en el monto el Gobierno propone la línea de la pobreza, mientras que como oposición política y social hemos propuesto 30% adicional a esta línea. La línea de la pobreza establece un nivel de subsistencia, pero no asegura que las familias puedan quedarse en sus casas. Por ello propusimos este monto adicional que permita en algo cubrir alzas en los precios de alimentos y bienes básicos, y gastos adicionales los que establece la línea de la pobreza, como salud. Nosotros proponemos una línea de la dignidad y suficiencia. En segundo lugar, el Gobierno plantea que este ingreso sea por tres meses, mientras nosotros, por al menos cuatro, con una renovación sujeta a la evolución de la crisis sanitaria. En tercer lugar, el Gobierno ha hablado de un beneficio al que se debe postular. En nuestra opinión este beneficio debe ser automático para universo total de quienes se encuentran en el Registro Social de Hogares. Se debe facilitar la inscripción en él. Para excluir al 10% de la población de mayores ingresos del país -no del Registro Social de Hogares- deben existir mecanismos administrativos.

-Se ha criticado que si hace un año se proponía la línea de la pobreza y el Gobierno la otorga ahora, ¿por qué la oposición pide más?

-Hace más de un año planteamos la necesidad de establecer una Renta Básica Universal de Emergencia en la línea de la pobreza. El Gobierno optó por un ingreso no universal, sino focalizado, con múltiples restricciones para acceder. Partió en 50 y

"Con la lógica del goteo en las ayudas, el país ha gastado más, las personas han tenido recurrir a sus propios ahorros y la crisis sanitaria se ha extendido en el tiempo".