Redacción / Agencias
En pleno peak de la pandemia y pese a las restricciones de movilidad, decenas de manifestantes llegaron este viernes hasta los cuarteles de la Policía Civil de Río de Janeiro para pedir justicia por las víctimas de un operativo policial que este jueves dejó más de una veintena de víctimas fatales en la favela de Jacarezinho en una de las principales ciudades de Brasil.
"Eso no fue una operación de inteligencia. Fue una completa masacre que forma parte del genocidio que está en curso en nuestro país y principalmente en nuestro estado", dijo Giovanna Almeida, una estudiante de 22 años que se plegó a los manifestantes.
QUÉ OCURRIÓ
Cerca de 200 efectivos fueron parte de un violento operativo desplegado el jueves, que se extendió por más de nueve horas y que buscaba desarticular una banda ligada al narcotráfico.
Un policía fallecido y 24 sospechosos abatidos por disparos policiales dejó como saldo la operación, en la que además resultaron heridos tres uniformados y dos civiles que viajaban en el metro y que fueron alcanzados por balas perdidas. Además, una decena de narcotraficantes fue aprehendida.
Según expertos en seguridad pública, se trata de "la mayor masacre en la historia de Río de Janeiro", y el alto número de víctimas -que superó la anterior mayor matanza policial, en agosto de 1993 en la favela de Vigario Geral- hace suponer que podría haber ocurrido una "operación de venganza" luego de la muerte del policía en el inicio de la operación, tal como ocurrió hace 27 años.
Silvia Ramos, coordinadora de la Red de Observatorios de Seguridad Pública de Brasil, también calificó como "masacre" lo ocurrido. "La Policía Civil, que es la que debería usar inteligencia y planificación, fue la autora de esta masacre al matar a más de 20 personas en un operativo, en una acción desastrosa que se llevó a cabo con el objetivo de desarticular cuadrillas de jóvenes que asaltaban en los trenes, pero que se transformó en una operación venganza, una operación matanza", sentenció.
La Policía informó que la operación fue autorizada por el Ministerio Público, luego de un trabajo de inteligencia que permitió identificar al menos 21 criminales en la favela, y buscó terminar con las actividades de una banda que controlaba ese territorio, y que era investigada por delitos de asesinatos, robos y secuestros de trenes, además de reclutar niños para sus ilícitos.
"TODOS BANDIDOS"
El vicepresidente de Brasil, general Hamilton Mourao, señaló ayer que los numerosos fallecidos que dejó el operativo policial eran "todos bandidos", pese a que las autoridades aún no han identificado a las víctimas.
"Todos bandidos. Entra un policía en una operación normal, es disparado en la cabeza de una azotea. Lamentablemente esas bandas del narcotráfico son verdaderas narcoguerrillas", agregó Mourao , quien calificó la situación como una "guerra" que compromete la seguridad pública. "Es un problema serio de la ciudad de Río de Janeiro, que ya llevó varias veces a que las Fuerzas Armadas fueran llamadas a intervenir" y "que vamos a tener que resolver un día u otro", agregó.
Pese a que la policía ha rechazado las acusaciones de supuestos abusos y ejecuciones extrajudiciales en la operación, la opinión pública local se encuentra dividida y ha considerado el hecho como una masacre. Otro de los manifestantes que ayer llegaron a los cuarteles de la policía, insistió en que "no hubo intercambio de tiros. Hubo ejecución, hubo asesinato".
El propio alcalde de Río de Janeiro, Eduardo Paes, fustigó los excesos cometidos en la acción policial, considerándola fruto de una política de seguridad pública "inexistente y errónea" que "pone en riesgo a la policía y permite que se propague el crimen".
ONU teme ocultamiento de pruebas
La Oficina de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos admitió haber recibido "denuncias tras el suceso de que la policía no tomó las medidas necesarias para preservar las evidencias en la escena del crimen, lo que podría dificultar la investigación", dijo a través del vocero Rupert Colville. El organismo instó al procurador general a iniciar una investigación profunda e imparcial, añadiendo que el hecho "confirma una prolongada tendencia al uso innecesario y desproporcionado de la fuerza en las favelas, barrios pobres y marginados".
"Todos bandidos. Lamentablemente estas bandas del narcotráfico son verdaderas narcoguerrillas".
Hamilton Mourao, Vicepresidente de Brasil