Elegir a los más honestos
Thomas Jefferson, uno de los padres fundadores y autor de la Declaración de Independencia de los Estados Unidos de Norteamérica y dos veces presidente de ese país , señaló dos grandes verdades, cuya vigencia debiera orientar a los próximos integrantes de la Convención Constituyente que elegiremos en breve. La primera: "La tendencia natural de las cosas es que el gobierno gane terreno y que la libertad se bata en retirada". Alertó así de la permanente tensión entre el poder y la libertad, instando a los ciudadanos a que si valoraban esta última, se debía mantener una "eterna vigilancia". Y precisamente para eso sirve una Constitución, la cual se debe respetar por todos y sobre todo. De allí la importancia que ésta consagre la libertad, los deberes y derechos de sus ciudadanos, así como el equilibrio que debe existir entre los poderes que conforman el Estado, el cual inequívocamente debe estar al servicio del ciudadano.
Pero este gran líder también comprendió que para que una república sobreviva y prospere se requieren líderes políticos de verdad, señalando que "cada vez que un hombre coloca un ojo deseoso en un cargo público, una podredumbre comienza en su conducta".
En un año que renovaremos la casi totalidad de nuestras autoridades, es fundamental que los electores chilenos, en este momento crucial de nuestra historia y con una clase política tremendamente desprestigiada, nos informemos debidamente para elegir a los candidatos más honestos y capaces que postulan a estos cargos públicos, buscando aquellos que lo hagan motivados por el deseo de hacer el bien y preservar una verdadera democracia, es decir , aquellos que transmitan una mirada limpia y sin el "ojo deseoso" en los cargos públicos. Porque si alguien lucha por el poder sólo para satisfacer sus ambiciones personales, entonces será inevitable que esa corrupción de sus intenciones contamine el resto de su actuación.
Reinaldo Reinike
Construcción y el 10%
En Chile, la productividad en el sector de la construcción se encuentra estancada desde hace 10 a 15 años, mientras que, en el resto de los sectores económicos nacionales, esta ha aumentado. Tal como indicó el presidente de la CChC hace unas semanas, las ayudas sociales han disminuido la cantidad de trabajadores en el rubro de la construcción, produciendo que se experimenten atrasos y sobrecostos relevantes en los resultados esperados de los proyectos.
Es importante considerar que el problema de escasez de mano de obra es transversal y no solo ocurre acá. Casos internacionales muestran que las industrias de países que han tenido que lidiar con falta de trabajadores, han respondido reorganizando sus recursos y capacidades disponibles.
En Australia, por ejemplo, el costo de la mano de obra equivale casi al doble que Chile, por lo que se impulsó la prefabricación de elementos de construcción. Esto hace que los trabajos a realizar se ejecuten con un menor número de personal y en plazos menores.
Singapur, al presentar escasez de trabajadores, se apoyó en la mano de obra extranjera poco calificada. Para revertir esto, incluyeron la productividad en la construcción como prioridad nacional desde el Estado.
El tercer retiro del 10% de los fondos de pensiones adelantará este fenómeno mundial en nuestro país, pero en ningún caso es el responsable de la nula actualización que posee el rubro de la construcción. Más que estar centrado en el tribunal constitucional que falló esta semana, es fundamental que se tome esto con altura de mira, analizando qué medidas tomar para poder trabajar con menor cantidad de personal. ¿Sugerencias? Seguir el modelo de Australia, Singapur o Suecia en donde se busca incluir normativas de estandarización de procesos en la industria de la construcción repitiendo patrones, lo que disminuye las pérdidas, o crear incentivos a inmobiliarias para generar proyectos en donde se incluyan metodologías constructivas en base a estructuras prefabricadas, lo que hace que los plazos de ejecución de las actividades sean menores.
Ideas y ejemplos hay por montones, por lo que más que estar centrado en el famoso 10%, se requiere generar proyectos, implementar ideas y ejecutarlas para que la construcción sea más productiva con menor cantidad de personal directo.
Pedro Benavente Martin, constructor civil
Basta de cuarentena
Osorno ya no da más con las cuarentenas. Y no sólo el comercio, que resulta visiblemente afectado, sino toda la comunidad, que ha estado confinada de forma intermitente desde 2020. ¿No hay otra medida más efectiva y con menor impacto que la famosa cuarentena?. Los osorninos somos fuertes y valientes, pero tampoco abusemos.
Miguel Bernales