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Decisión del T.C .
Como se sabe, el gobierno interpuso un recurso de inconstitucional de la ley aprobada por el Congreso que permite el tercer retiro del fondo de pensiones, fundado en que la iniciativa legal en seguridad social es exclusiva del Presidente de la República.
Si bien existía incertidumbre de la decisión final del Tribunal Constitucional, nadie previó que el recurso se rechazara de entrada, declarándoselo inadmisible, por carecer de "fundamento plausible", que es lo mismo que decir "fuera de tiesto".
Justificando tal decisión, el ex presidente y actual ministro del T.C., Iván Aróstica, expresó que "el punto central del fallo no es quien hace la ley, sino qué tiene que hacerse para solucionar el problema de la gente".
Ambas razones son muy discutibles: 1) La falta de fundamentos del recurso contradice el anterior fallo del mismo Tribunal, con ocasión de idéntico recurso, en contra de la ley de iniciativa parlamentaria que había decretado el segundo retiro de fondos previsionales, requerimiento que no sólo se declaró admisible, sino que se acogió.
2) Menos se entiende la razón dada por el ministro Aróstica, considerando que la función específica y excluye del T.C. es controlar que las leyes se ajusten, de forma y fondo, a la Constitución. Sus sentencias resuelven una controversia de derecho, esto es, si la ley es no contradictoria con algún mandato constitucional, según la recriminación del recurrente, de manera que el mayor, menor o ningún beneficio para la gente que conlleve la ley en cuestión, no es asunto que corresponda ser ponderado, lo que el señor ministro sabe de sobra.
Sin duda, el trasfondo del fallo fue sacarse de encima, de inmediato y sin mucho disimulo, "una papa caliente", superados los integrantes de dicho Tribunal por presiones, recados, advertencias apocalípticas y amenazas personales en redes sociales, para el caso de acoger el reclamo del gobierno, según sucedió en la anterior ocasión.
Pero un tribunal de la República, del rango que tiene el T.C. que, por los motivos señalados evade ejercer su función jurisdiccional, según parece ser el caso, debe hacer meditar a los Constituyentes que resulten electos si debe ser mantenido o derivan sus funciones a la Corte Suprema, cuyos ministros son bastante más resueltos, no admiten presiones, tampoco formulan sus decisiones en base a la opinión pública y que, parafraseando al Chino Ríos, "no están ni ahí" con las redes sociales.
Jorge Ellenberg, abogado
Día del Trabajo… remoto
Por segunda vez en la historia, el mundo conmemora un Día del Trabajo a distancia y el 70% de las compañías ya tienen una estrategia de transformación digital, lo que en muchos casos implica la casa como entorno habitual, cambiando para siempre la relación entre personas y empresas. Se comienza a echar de menos la muchas veces subvalorada "oficina de Recursos Humanos" y hoy vemos el rol articulador que siempre debió tener.
Pero en nuestro país muchos equipos no se reúnen hace más de un año. ¿Cómo se las arregla para operar un área tan sensible para el bienestar de los trabajadores y la facilitación de un buen clima laboral, cuando todo es a distancia?
Fortalecer lazos entre los colaboradores y sus jefaturas, mayor comunicación, establecer un programa de beneficios y compensaciones, lograr bienestar, cumplir con las remuneraciones y en muchos casos reclutar nuevos talentos sin tener la oportunidad de conocerse directamente son problemas recurrentes que en muchos lugares todavía están probando diversas formas para solucionarlos.
La respuesta más eficaz hasta ahora es la digitalización completa de la oficina de Recursos Humanos. Sin un área bien conformada, con cultura y valores establecidos, y ahora en formato digital, una empresa a distancia no es capaz de funcionar.
Hoy más de 3.000 empresas en Chile ya están integrando el nuevo formato y así poder sacar adelante una tarea tan ardua y desafiante, como es generar fuertes lazos entre los trabajadores y sus empleadores.Jaime Arrieta
Pamela JilesEs de esperar que los últimos acontecimientos terminen por confirmar que el ascenso de Pamela Jiles no es ninguna anomalía política: es un claro signo de los tiempos que vivimos. Pamela Jiles ofende y maltrata a periodistas en un matinal y ellos le ríen la gracia; presenta mociones inconstitucionales y el Tribunal Constitucional la refrenda. Ya es hora de tomarnos en serio su figura: no es ninguna apestada, es una política lista y los vientos soplan a su favor.
Este es un "aviso a navegantes" que tenemos que contemplar, sobre todo, quienes estamos en las antípodas de sus ideas y métodos.Juan Lagos