Fomento de la lectura
Leer un libro acarrea innumerables beneficios en cada una de las etapas de la vida. Potenciar la creatividad y la imaginación, además de reducir el estrés, figuran entre los beneficios del hábito de la lectura.
Desde el año 1988 se celebra cada 23 de abril el Día Internacional del Libro. La fecha internacional fue promovida por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), con el objetivo de fomentar la lectura, la industria editorial y la protección de la propiedad intelectual por medio del derecho de autor.
Esta fecha, que se recordó el viernes pasado en todo el mundo, nos recuerda los beneficios que tiene la lectura, ya sea visual, auditiva e incluso táctil (braille) en personas de todas las edades. En los menores activa áreas cerebrales que potencian su atención, concentración y memoria, considerados procesos cognitivos básicos del aprendizaje; desarrolla habilidades lingüísticas cada vez más complejas, potencia la creatividad e imaginación, entrega valores y permite empatizar y aprender de las historias escuchadas.
Según la directora de Pedagogía en Educación Básica de la Universidad de Las Américas, Paula Fuentes, en esta etapa de la vida, la lectura es incentivada principalmente por los padres, quienes pueden aprovechar esta instancia para escuchar sus reflexiones, cerrar el día con un lindo cuento y, sobre todo, compartir momentos que resonarán durante toda su vida, y que en el mejor de los casos serán replicados con sus propios hijos.
En el caso de los jóvenes, es posible que para algunos sea una actividad impositiva que les permita cumplir con objetivos académicos o laborales para adquirir un nuevo conocimiento, en cambio, para otros la motivación puede ser el simple placer de leer, ambos contextos son beneficiosos. En tanto, según Fuentes, a los adultos les permite reducir el estrés, frenar el deterioro cognitivo y mejorar el sueño, entre otros beneficios.
Lo concreto es que, por placer u obligación, la lectura es una actividad mental que indudablemente trae beneficios, por ello, fomentarla e incentivarla no es una tarea sólo de la infancia, sino que debe desarrollarse a lo largo de toda la vida. Es un saludable hábito que las personas debieran mantener durante toda su vida.