Verónica Salgado

Las crisis sanitarias y sociales causadas por la pandemia en la provincia se van incrementando con el paso de los meses, al igual que la crisis económica que evidencian desde el año pasado los municipios, que han respondido a todas las gestiones propias de las administraciones comunales, así como a la fuerte y creciente demanda por asistencia de parte de la comunidad, sumado a la constante sobreexigencia de apoyar programas y políticas públicas impulsadas desde el gobierno.

Los jefes comunales acusan a las autoridades centrales de nulo apoyo hacia las municipalidades para enfrentar la crisis social y sanitaria durante 2021, obviando las constantes solicitudes realizadas desde el año pasado para generar una planificación económica que acompañe las restricciones de movilidad y funcionamiento de los rubros económicos, las cuales impactan a las familias más vulnerables, que están siendo apoyadas con recursos propios en cajas de alimentos, materiales de construcción, entrega de aportes, entre otras.

La crisis se genera por los menores ingresos que han percibido las casas edilicias por las contribuciones impagas, menores permisos de circulación y otros ítems, así como la suspensión de actividades, disminución de aportes y la redistribución de presupuestos. Han destinando la totalidad de sus recursos para enfrentar los graves efectos del covid-19, que mantiene a los vecinos en completa incertidumbre social, sanitaria, económica y de salud.

En la provincia, varias comunas terminaron el año pasado con cifras rojas e incluso con pagos postergados para 2021, que aún no pueden concretar, dado que el primer trimestre estuvo marcado por cuarentenas que consideraron a toda la provincia.

Esta realidad afecta sus presupuestos, ya que temen que el Fondo Común Municipal (FCM) también se vea impactado, lo que repercutirá inevitablemente en el pago de remuneraciones, entre otros compromisos, siendo un complejo escenario financiero que afecta a gran parte de las 346 comunas del país.

Realidad provincial

Según datos de la Subsecretaría de Desarrollo Regional (Subdere), la elaboración anual de los presupuestos municipales en la provincia depende en más de un 50% de los recursos aportados por el FCM. En detalle, en San Juan de la Costa es el 90,9 %; Río Negro 68,6%; San Pablo 68,5; Purranque 63, 8%; Puerto Octay 60,1% y Puyehue 55,5%. Sólo la comuna de Osorno tiene una mayor independencia presupuestaria, ya que depende en 37% del FCM.

Carlos Schwalm, alcalde de Río Negro, explicó que desde el nivel central han implementado de forma constante medidas restrictivas que no van acompañadas de recursos, donde los municipios han realizado todos los esfuerzos para apoyar a sus vecinos.

"Durante 2021 no ha existido ningún apoyo hacia las municipalidades, que hemos tenido que redistribuir el modesto presupuesto que tenemos para ir en socorro de nuestra gente, porque es acá donde llegan para buscar respuestas a sus necesidades, que son muchas. Si la gente no puede trabajar, es obvio que tendrá un sinnúmero de necesidades, pero no tenemos más fondos para satisfacerlas. Hemos comprado cajas de alimentos y entregamos muchos otros aportes, pero la verdad estamos tremendamente preocupados porque no somos escuchados", indicó Schwalm.

Agregó que la entrega de bonos y otras ayudas desde el gobierno a la ciudadanía es una ayuda que no se desconoce, pero que no llega a toda la población.

"El efecto de las cuarentenas y restricciones no es para un grupo, es transversal y la necesidades igual. Estamos en un escenario que si no llega un refuerzo de recursos, como en algún momento ocurrió en 2020, simplemente colapsará el sistema municipal, partiendo por las comunas más pobres, lo que claramente repercutirá en quienes son más vulnerables. Es un tema donde no hay indicios que será abordado, lo que es más agobiante", explicó el alcalde.

El escenario se repite en la comuna de Puerto Octay, donde la respuesta social está siendo asumida completamente con recursos municipales que