Secuelas para los que "vencen"
Después de enfrentar el coronavirus, la vida cambia. Así lo señalan los estudios y testimonios de pacientes dados de alta. Fatiga extrema, daños renales y cardiacos, dificultad respiratoria, desorientación, ansiedad, son efectos que se pueden presentar después del covid.
El país y la región se encuentran en el momento más duro de la pandemia, con casi 30 mil fallecidos (754 en Los Lagos) y 1 millón de contagios acumulados.
También hay una cantidad importante de personas que se ha recuperado, y se habla incluso que han "vencido"; pero quizás esa no sea una victoria, pues las secuelas que el coronavirus dejó en sus vidas son altas, dañando su salud -en algunos casos- de manera permanente.
Aunque muchas investigaciones aún se encuentran en curso; un año de emergencia sanitaria indica que no basta definir a los pacientes entre "activos y recuperados", sino que se debe observar lo que sucede con ellos después.
Datos ya publicados (Journal of the American Medical Association, Jama) señalan que más del 80% de quienes superan el covid-19 mantiene al menos uno de los síntomas, tras dos meses de haber sido dado de alta. Lo más frecuente es continuar con fatiga extrema y dificultad respiratoria; pero también se han reportado daños al corazón, los riñones y al cerebro, con efectos como confusión y deterioro cognitivo. A ello hay que sumar la forma en que se resiente la salud mental. Por eso se habla de una enfermedad "sistémica".
Tampoco se puede olvidar la reacción social y la estigmatización que muchas familias refieren experimentar luego que uno de sus miembros ha sido diagnosticado como positivo.
Los niños están en más peligro de lo que se cree y, en algunos casos, los resultados son mortales. Por otra parte, los adultos que logran salir de los hospitales guardan heridas profundas. Su vida cambia. Y no para bien.
Estas realidades no son conocidas públicamente y cuesta hacerlo, por las normas de confidencialidad vigentes. Sin embargo, compartirlas podría ayudar a generar conciencia real y a contrastar la saturación informativa que generan mensajes cruzados por polémicas constantes. Esa reiteración de recriminaciones, simplemente, desorienta y puede generar una sensación de falsa seguridad, que agrava todo.