"A diferencia de Chile Vamos, no cambiaremos nuestros principios por las encuestas"
El excandidato analiza la crisis migratoria, la violencia en el sur, la economía, las urgencias sociales, la pandemia, la campaña de vacunación y la Convención Constitucional. Además, entrega sus definiciones presidenciales y dice que el pacto oficialista debe reflexionar sobre su rol antes de "hacer una primaria que solo convoca rostros".
Cuando José Antonio Kast, después de una larga militancia y tras haber sido diputado por varios períodos, decidió renunciar a la Unión Demócrata Independiente (UDI) en 2016, lo hizo no para desaparecer, sino para representar posturas que él consideraba se estaban dejando de lado. Al año siguiente de su dimisión, en 2017, fue candidato independiente a la Presidencia de la República, y obtuvo casi el 8% de los votos, un logro inesperado. Desde entonces ha sido una presencia constante en el debate público, a veces incómodo para su sector, la derecha, cuyos postulados él dice mantener más fielmente (al punto de declararse opositor al gobierno de Piñera), y que sus detractores suelen calificar de extrema derecha, sufriendo además ataques no sólo en las redes sociales (de las que es un usuario asiduo y acerado), sino también físicos.
Luego de fundar el movimiento "Acción Republicana", en 2018, este se constituyó en partido político en 2020: el Partido Republicano de Chile, del cual es su presidente. Con su partido, Kast pretende competir en las elecciones de constituyentes (alcanzó para ello un debatido acuerdo con Chile Vamos), a alcaldes, gobernadores y también en la carrera presidencial, eventualmente en un acuerdo con la coalición oficialista.
Kast ha destacado la necesidad de poner énfasis en una serie de "urgencias sociales" del país y, recientemente, uno de los temas en que más ha insistido es en el de la inmigración.
-Estuvo recientemente en Colchane, lugar que había visitado antes. ¿Cómo vio el lugar?
-Abandonado. Me alegro que al día siguiente fueran los ministros, parlamentarios, se llenó de gente. Respeto mucho el rol que cumplen los chilenos que viven en las fronteras que nos separan de otros países y creo que el resto de los chilenos estamos en deuda con ellos, por lo que debe haber un apoyo permanente y consistente a quienes defienden nuestra soberanía. La preocupación debe ser permanente.
-Lo que ocurre allí, ¿responde a un problema más general respecto de la inmigración en Chile? Ha señalado que es posible una catástrofe humanitaria.
-Cuando muere un niño o un adulto mayor en la frontera ya es una catástrofe humanitaria. Cuando cientos de personas pasan noches con hambre y frío, es una tragedia. Claramente, más allá de las medidas que ha tomado este Gobierno respecto del anterior, no hemos sido capaces de dar una señal clara y categórica contra la inmigración ilegal y por eso seguimos exponiendo a los migrantes y a los chilenos que viven en la frontera.
-Ha indicado que hay que detener la "invasión" y ha propuesto un recinto transitorio que permita acoger y luego expulsar a los inmigrantes ilegales. ¿Dónde queda el aspecto humanitario ante la catástrofe?
-Primero: es un recinto transitorio fronterizo que impide que los migrantes ilegales, que llegan por pasos no habilitados, se queden de forma permanente en Chile, porque en la actualidad ocurre que llegan y son derivados, por ejemplo, de Colchane a Iquique, y de ahí se pierde el rastro. Sobre el tema humanitario que usted señala es precisamente ese el que nos estamos haciendo cargo: evitando que duerman en las calles y plazas, muriéndose de frío y hambre. Pero no podemos permitir la inmigración ilegal, ni aceptar el cruce por pasos clandestinos. Aquí hay mafias que se aprovechan de los migrantes y que los están exponiendo a este sufrimiento.
-¿No es una postura dura la suya, considerando que usted viene de una familia inmigrante?
-Mi padre llegó a Chile hace 70
"Yo recibo cientos de insultos y amenazas todos los días, y yo jamás he insultado ni he amenazado a nadie. Creo en la confrontación pública firme y respetuosa, y si me he equivocado alguna vez, pido disculpas".