De glamorosa estación a terminal, museo y biblioteca
El edificio ha tenido años de gloria, abandono total y resurgimiento.
Fotos: Archivos Histórico Municipal y El Austral de Osorno Datos históricos: Rodrigo Rodríguez / cronica@australosorno.cl
La Estación Vieja de Ferrocarriles, como se conoce popularmente el recinto ubicado en calle Portales, frente a la plazuela y rotonda Fermín Vivaceta, es todo un símbolo patrimonial de Osorno.
Actualmente luce restaurada y con uso práctico para la comunidad, ya que en el recinto funciona la Biblioteca Municipal de Osorno, además de la pinacoteca edilicia. Pero no siempre ha estado así. Durante largos años permaneció abandonada y era usada por personas en situación de calle y jóvenes que ingresaban a beber y drogarse al interior. Incluso, fue quemada, en parte, por vándalos que entraban a causar daños.
El hermoso recinto fue construido en 1916, en reemplazo de la estación original del siglo XIX, que era un caserón de madera sin mucho atractivo y poco adecuado al desarrollo industrial de la ciudad. Y se hizo de forma paulatina: primero la parte central y luego el resto de la estructura. Fue de los primeros edificios hechos en concreto armado y ladrillos que hubo en Osorno. Incluso, resistió estoico el megaterremoto de 1960. Sólo tuvo daños parciales y siguió totalmente operativo.
El estilo es neoclásico y el interior estaba enyesado y con estucos, con adornos en el cielo raso. Funcionó como estación de trenes hasta mediados de los años '60, cuando se inauguró la actual estación de ferrocarriles en avenida Mackenna con aportes de Estados Unidos, gracias a la Alianza para el Progreso.
A esa estación llegaron presidentes de Chile como Pedro Aguirre Cerda, Carlos Ibáñez del Campo, Juan Antonio Ríos y Gabriel González Videla; el primer obispo de Osorno, monseñor Francisco Valdés; una delegación mexicana que visitó la ciudad en los años '60 encabezada por la esposa del presidente azteca de aquel entonces, Eva Sámano, entre otras personalidades.
Tras caer en desuso, fue habilitada como terminal de buses rural, donde había varios negocios y restaurantes, a modo de un pequeño mercado. El comercio dependía del flujo de gente del campo que llegaba y tomaba su transporte en el lugar. Desde la vieja estación salían las micros a sectores rurales de Rupanco y Río Negro, tales como Riachuelo. Todo cambió a fines de los años '80, cuando fue suprimido como tal y los negocios poco a poco cerraron sus puertas.
La década del '90 fue de agonía y olvido para el clásico edificio. El renacer vino en el cambio de milenio, cuando fue renovada completamente gracias a fondos estatales. En sus salones funcionó el Museo Interactivo de Osorno (MIO), que ahora se ubica en la estación de Mackenna.
1 y 2. Escenas de la estación a pocos años de su funcionamiento. En la primera se observa movimiento de personas.
3. Una imagen de los años '70, cuando el recinto funcionaba como terminal rural y pequeño mercado.
4. A la derecha, el terminal rural en pleno apogeo. La imagen fue captada en mayo de 1985 por El Austral de Osorno.