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preferentemente poseen epidermis suave y delgada.
Es así como sus larvas se desarrollan y se alimentan de la pulpa de la fruta, generando que no pueda ser comercializada. Además, la plaga ha demostrado tener una rápida expansión, fecundidad alta y un ciclo vital de corto tiempo, lo cual sumado a la disponibilidad de hospederos y a las condiciones climáticas del país, se puede concluir que es posible encontrar zonas favorables para el establecimiento y dispersión de este insecto en Chile.
En relación a la salud humana, cabe señalar que sólo daña la fruta madura y no a las personas.
Desde Argentina
André Valdivia es productor cerecero y además director de la cooperativa Cerecoop, la cual agrupa a unos 30 productores, entre grandes y pequeños, por lo que la revisión de sus cultivos y la prevención de una plaga se realiza en forma permanente.
El agricultor, con basta experiencia en este tipo de frutales, explicó que este insecto ingresó a la zona desde Argentina, a través del paso Cardenal Samoré y desde aquí se comenzó a diseminar por todo el país, por lo que el SAG realizó los esfuerzos para controlarla.
"Es una plaga muy complicada de manejar, pero hoy día si uno hace los manejos requeridos y está prevenido de que está presente, se deben tomar las medidas para tratar de mantenerla a raya. Es una pelea que tenemos que dar", comentó Valdivia.
Añadió que este manejo implica ajustar los programas fitosanitarios para mantener bajo control esta plaga.
Sobre ello, señaló que la complicación está en los huertos pequeños, ya que en ellos no se realiza el mismo manejo que en las grandes plantaciones.
"Hay momentos donde uno puede atacar a la plaga y por programa se van haciendo las aplicaciones de acuerdo al estado serológico de la fruta. No obstante, en los huertos chicos, que tienen manejos más simples o normalmente no hacen mucho manejos específicos, o la gente no está enterada del tema de la plaga, es más fácil que entre", indicó.
Precisó que esta mosca es capaz de afectar a todos los frutales, ya que busca un lugar para poner sus huevos, siendo atraída principalmente por la fruta sobremadura o en descomposición. Durante el invierno no tiene muchas opciones, por lo que se va hospedando en los primeros frutos que van saliendo. Entre estos se cuentan las cerezas, frambuesas, maqui, mora, arándanos, entre otros.
Cooperación
Añadió que uno de los principales lugares donde se pueden generar plagas es en los árboles antiguos que hay en los patios de las casas, como un cerezo por ejemplo, ya que en ellos no existe manejo.
"El productor cerecero está muy pendiente de mirar sus alrededores para ver si es que puede hacer un tipo de control, con el vecino que tiene el cerezo de 50 años, por ejemplo, a quien se ofrece fumigarlo para que no sea un foco de contaminación", afirmó el productor frutícola.
Por ello, una de las soluciones actuales se está dando con la creación de la cooperativa de productores Cerecoop, que integra a grandes y pequeños agricultores, con el fin de que la información sobre los programas de manejo sea uniforme para todos y se opte a los mismos productos para la fumigación.
2017 se detectó esta plaga en la zona, por lo que el Servicio Agrícola y Ganadero comenzó con un plan preventivo para evitar su propagación y con ello el desmedro económico de los productores.
3 regiones fueron afectadas en un principio por este insecto, tratándose de La Araucanía, Los Ríos y Los Lagos, desde donde ya se dispersó hacia el resto del país.
2019 el SAG debió emitir una resolución que establecía las medidas fitosanitarias de emergencia y declara a esta especie como plaga presente con distribución restringida.