Jóvenes y la pandemia
Es necesario reafirmar el llamado a la responsabilidad de los segmentos más jóvenes de la sociedad. Se dan muchos casos en el que personas jóvenes lamentablemente han contagiado a sus abuelos, que han fallecido.
Un dato refleja con absoluta claridad el impacto que tiene contraer coronavirus para los adultos mayores. Y es que un porcentaje importante de las personas por sobre los 65 años que han adquirido el covid-19 fallecieron a causa de éste en nuestra Región.
Se trata de una cifra que ayuda a dimensionar el impacto que tiene la enfermedad en este segmento etario y se complementa con otra realidad preocupante, aunque no suficientemente estudiada en el país.
Los expertos aseguran que hay diversos estudios internacionales que sitúan a estos grupos etarios, principalmente entre 16 y 24 años, como los principales responsables de la transmisión viral del coronavirus. Se dan muchos casos en el que personas jóvenes lamentablemente han contagiado a sus abuelos, que han fallecido. Por lo tanto es importante hacer un llamado a la gente joven que se cuiden y así protejan a las personas que quieren, plantean.
Por eso no resulta extraño que en los últimos días se hayan multiplicado las voces que realizan un llamado a que los jóvenes adopten las acciones preventivas y respeten las medidas sanitarias impuestas. El planteamiento tiene que ver con conductas irresponsables observadas especialmente en semanas recientes, como la realización de fiestas clandestinas o masivas reuniones sin las precauciones necesarias en puntos tan concurridos como plazas y parques.
Frente a estos datos es necesario reafirmar el llamado a la responsabilidad de los segmentos más jóvenes de la sociedad, dado que si bien efectivamente los efectos de la enfermedad no suelen ser tan catastróficos -comparados con los adultos mayores- es evidente que un mínimo sentido de solidaridad intergeneracional los puede llamar a reflexionar sobre los nefastos resultados que puede tener el hecho que se contagien y "lleven" la enfermedad a sus domicilios, transmitiéndola a sus mayores.
La gravedad de la pandemia, que se observa con singular fuerza durante estos días, obliga a que todos seamos más conscientes del llamado a cuidarnos, para -a la vez- cuidar a los que más queremos.