Amelia Carvallo

La conductora de radio y televisión Andrea Hoffmann regresó a la pantalla chica con "Vitrina 360", la nueva apuesta del canal TV+, que va de lunes a viernes a las 14:00 horas, y se repite sábados y domingos a las 14:30 horas.

Como dice su nombre, el norte del programa es dar vitrina a productos y pymes explicando las cualidades de los productos que venden. Por el momento se ha orientado a la computación y a las máquinas para hacer ejercicios, dos frentes que con la pandemia han disparado sus ventas, y en el futuro próximo se abrirán a otras áreas del tan en boga comercio circular.

-¿Cómo te viste en tu estreno?

-Me gustó, aunque yo no soy mucho de verme porque soy muy autocrítica. Pero encontré que no estuvo mal, no quería que saliera como sobreactuado, tratar de vender por vender, estaba preocupada por ese tema pero me gustó como salió. Es un formato distinto, no es fome, para mí gusto, porque comúnmente el infomercial es como sobreactuado, onda ¡llame ya!, no más problemas y no sé qué, no sé cuánto.

-¿Cómo llegaste a Vitrina 360?

-Trabajo desde los 16 años. Fui anfitriona, animaba eventos, siempre tuve que trabajar. Y siempre tuve la idea de tener un trabajo que no fuera todos los días, y que no fuera mal pagado. Y como también tengo eso de proyectarme al futuro con fe en que algo bueno va a pasar, y ¡pum! pasó. Y me llamaron después de hacer el casting.

-¿Cómo te han recibido en TV+?

-Me encantó. La mayoría de quienes trabajan en la gerencia son mujeres y son encantadoras. Es un canal chiquitito, con gente que viene de canales más grandes. Me comentan que se trabaja mucho más en paz porque el canal grande tiene tantos compromisos comerciales, y políticos parece, que no había mucha libertad en términos de opciones, se rigen mucho por la medición de sintonía.

-Te acompaña en el programa una voz masculina, ¿qué rol juega?

-Es como el contrapunto, es quien sabe más del producto y yo hago como la voz de las personas. Pregunto por qué tendría que gustarme el producto, qué tiene que lo diferencia de otros, las dudas que podrían surgir desde el lado del televidente.

-¿Qué productos presentarán?

-Tenemos a varios clientes que estamos como pololeando. Entraron marcas grandes pero hay un proceso de ver cómo se les hace el marketing, qué es lo que quieren vender. El programa trabaja con la economía circular, tratando de ser lo más amable con el medioambiente, por ejemplo, con los productos de computación que son reutilizables.

¿Ha cambiado mucho la forma de consumir?

-Absolutamente, y la forma de comprar también. Es un gran cambio, una gran oportunidad y una gran responsabilidad también. Se exige excelencia en los productos y esta forma de consumir llegó para quedarse.

Actividad física

Como buena profesora de educación física que es, Hoffmann muestra en el programa cómo funcionan las diferentes máquinas para hacer ejercicios en casa que presenta: "Me encanta esa parte, los primeros productos han sido una trotadora y una bicicleta estática súper plegables. Cuando supe eso pensé qué maravilloso, es un buen presagio me dije porque entiendo mucho del deporte".

-Como amante del deporte, ¿qué consejo le darías a alguien que quiere empezar a ejercitarse en su casa?

-Mira la mejor recomendación que yo puedo dar es que seamos realistas. Generalmente la gente que nunca ha hecho deporte es porque no le atrae, no le interesa, es más intelectual, o tiene problemas físicos o dolores. Yo creo que cada persona tiene que buscar lo que le gusta, y para eso tiene que haber experimentado un poco de actividad física, y eso parte en los colegios. Y generalmente en esa etapa a la gente que le gustaba va full, pero los que son más sedentarios siempre buscaban eximirse. La actividad física siempre tiene que estar presente, y no acercarse a ella cuando el doctor te dice que tu calidad de vida se está deteriorando mucho.

-¿Cómo has visto en este 2020 a la televisión abierta?

-Es súper complicado opinar porque cuando estás en vitrina te critican mucho, y este último tiempo la crítica ha sido tremenda. Yo agradezco en el fondo del alma no haber estado al aire porque no habría sabido qué hacer, no sé si habría podido estar repitiendo lo que tengo que decir y no ser libre de opinar. No sé si la libertad de los conductores ha sido real, es complejo y la gente ha sido muy crítica.

La serie "Mank", diminutivo de Mankiewicz, el escritor que puso en palabras el universo de "El ciudadano Kane", película estrenada en 1941 y dirigida por Orson Welles, es protagonizada por el también icónico actor Gary Oldman ("Drácula"), quien afirmó que el otrora guionista de Hollywood "está en los ojos. Es como una cabeza diferente", citada hoy como el lugar donde habitó una de las mejores películas de la historia.

Algunos han criticado que Oldman, a sus 62 años, es demasiado viejo para interpretar a Herman Mankiewicz, el escritor de "Citizen Kane" ("El ciudadano Kane"), más de una década antes de morir de alcoholismo a los 55 años. La serie, estrenada hace unos días por Netflix, es dirigida por David Fincher ("El club de la pelea): "Mank, está en los ojos. Es como una cabeza diferente", dijo Oldman a Associated Press (AP).

"Es un motor distinto el que está andando. Es lo que yo llamo la condición de funcionamiento de un personaje. Es encontrar la frecuencia del hombre", al que Fincher plantea en una suerte de máquina del tiempo a la época dorada de Hollywood, donde toda la conversación gira en torno a la autoría de "El ciudadano Kane", los directores considerados de "autor", y el transfondo político de los años 30.

"Mank" cuenta la historia de un periodista que trabaja como guionista en los estudios, a menudo sin recibir el crédito por sus textos, lo cual lo inclina al autosabotaje y el alcohol. "Nunca fue nuestra intención rectificar un error. Es sólo un estudio de personaje de un hombre muy ingenioso", agregó el propio Fincher, cuyo padre, Jack Fincher, escribió el guión de la cinta.

"No tengo nada en contra de (el director de la cinta) Orson Welles. Orson Welles era un genio y si el mundo no sabe eso, no sé qué decir", agregó Fincher.

Uno de los últimos trabajos de Oldman fue interpretar al expremier británico Winston Churchill en "Darkest Hour" ("Las horas más oscuras"), papel que le mereció un Oscar, tras realizarlo bajo prótesis y maquillaje. "Soy partidario de los disfraces, me gusta esconderme. Y David no quería ningún velo entre yo y la audiencia", dijo Oldman sobre "Mank", agregando que el director fue enfático: "'Te quiero tan desnudo como hayas estado'. No es que yo me resistiera a eso, sólo me inquietó un poquito al principio".

"Mank dijo algo que me pegó en el corazón: 'Mi capacidad de crítica ha prosperado a expensas de mi talento'. Está el anhelo de escribir la gran obra, de escribir la gran novela, y está el temor que esto supone, el miedo a intentar y fracasar. He conocido a bastantes borrachos que son así, es como si tuvieran a un crítico sobre sus hombros", agregó el actor que también sufrió alcoholismo.