El Accidente Cerebrovascular (ACV) es la primera causa de muerte prematura en Chile, y la segunda a nivel mundial. Según cifras del Ministerio de Salud, en tan solo 1 día se diagnostican 69 casos en el país, registrando más de 50 mil personas con secuelas permanentes y discapacidad, ya que un ACV mata hasta 2 millones de neuronas por minuto.
Y si bien cualquier persona puede sufrir un ACV, la hipertensión arterial, glicemia y colesterol altos, el sedentarismo, tabaquismo y consumo de alcohol, son factores importantes para prevenir más del 90% de los ACV, que además si es tratado a tiempo puede prevenir un mayor riesgo de daño cerebral.
Así, educar sobre la relevancia de su detección precoz y adecuado tratamiento, son los puntos claves de un evento a cargo de la Sociedad de Neurología, Psiquiatría y Neurocirugía de Chile (Sonepsyn), apoyada por FONASA y con participación de centros públicos y privados.
Durante toda esta semana se está realizando una serie de webinars a través del Facebook Live de Sonepsyn, para dar a conocer más detalles sobre esta enfermedad, que actualmente es la primera causa de muerte en Chile.
"Con o sin pandemia, cuidémonos del ACV" es la premisa de este año que tiene como finalidad seguir concientizando a la población sobre esta enfermedad, en la cual reconocer los síntomas, que pueden llegar sin previo aviso, es un factor clave para la rehabilitación.
El Dr. Walter Feuerhake, miembro de la Sociedad de Neurología, Psiquiatría y Neurocirugía de Chile (Sonepsyn) y director de la Semana del ACV señala que, "ante el Ataque Cerebrovascular, mientras más precoz sea la atención, más posibilidad tiene el paciente de tener ningún daño o un daño menor".
Según el médico, hoy existen tratamientos efectivos que cambian el pronóstico, "pero necesitamos que las personas pongan atención a los síntomas y busquen atención médica inmediatamente; por eso el llamado es a estar informado y aprovechar estas instancias de concientización".
En ese sentido, el 90% de las personas que sufren un ACV presentan al menos uno de estos síntomas de improviso: parálisis o entumecimiento en la cara con dificultad de sonreír de forma simétrica; pérdida de fuerza en un brazo.; y dificultad para hablar y articular palabras.