Temporada de incendios forestales
Cuando comienzan a elevarse las temperaturas la posibilidad de siniestros en los bosques también se hace latente. La macrozona sur ha sufrido los embates de grandes siniestros que no sólo han acabado con extensas porciones de bosques nativos y plantaciones forestales, sino que incluso con la vida de quienes los combaten.
Tan pronto como empiezan a elevarse las temperaturas en la macrozona sur comienza a hacerse latente una amenaza que en los últimos años ha causado destrucción y amargura: los incendios forestales.
Se trata de un fenómeno que viene al alza en la última década, especialmente porque la cada vez más frecuente escasez de precipitaciones predispone a los bosques al avance del fuego, y al que la Corporación Nacional Forestal ha hecho frente con la destinación de más recursos que permitan financiar un número mayor de brigadistas que trabajen en la extinción de los incendios.
Si bien hay recientes eventos de gran envergadura en la memoria colectiva del país que dan cuenta de la destrucción y el daño que provocan estos siniestros, que a su paso arrasan con vegetación nativa y exótica, fauna e incluso asentamientos humanos, la zona sur del país también se ha sufrido los embates de grandes siniestros que no solo han acabado con extensas porciones de bosques nativos y plantaciones forestales, sino incluso con la vida de quienes los combaten.
De ahí que de este grave problema no solo debe preocuparse el Estado, a través de Conaf, que por cierto es la institución a cargo de velar por la protección de nuestras áreas silvestres protegidas, sino también los municipios y la propia comunidad, especialmente cuando se sabe que gran parte de los incendios forestales son causados por el hombre, ya sea a través de descuidos o bien por acciones intencionales.
Cuando se avecina una nueva temporada de incendios forestales, el llamado es a evitar cualquier acción que pueda generar un siniestro, y a la vez denunciar aquellos hechos que puedan dañar el bosque.
Cuidar los bosques es un imperativo del que toda la sociedad debe hacerse cargo, dada la importancia que estos tienen dentro del ecosistema, y en definitiva, para los seres humanos.