El español de Chile
Lingüísticamente no existe el español puro; todos los hablantes del español del mundo hablamos el dialecto correspondiente a nuestro país o región. Nuestra forma de hablar el español en Chile no es ni buena ni mala: es diferente. Precisamente, en su variedad está la riqueza del español. Así, en México preguntan: '¿Tú qué quieres?'; en Puerto Rico '¿Qué tú quieres, chico?'; en Argentina: '¿Vos qué querés?'; y en Chile: '¿Voh qué queríh?'.
Toda lengua es una realidad dinámica donde tienen cabida la creación y la evolución: no es una realidad estática. No existe un español correcto y otro incorrecto. Así, decir 'Oye ¿teníh una luca que me prestíh…porque ando pato?' no es intrínsecamente incorrecto y sólo se da en Chile en una situación de familiaridad y confianza. El español, al igual que otras lenguas, cambia constantemente.
Cuando la gente dice que los chilenos hablamos mal, lo que quiere decir es que hablamos mal el español de España, pero los españoles, a su vez, hablan pésimo el español de Chile, de Argentina, de Colombia, de Cuba, etc.
Mauricio Pilleux Dresdner
Un solo propósito
Observo la franja televisiva y veo cómo algunos partidos políticos ladinos y organizaciones menores, poco representativas, desvirtúan el propósito del Plebiscito Nacional del 25 de octubre.
El propósito es uno solo: cambiar o no cambiar el Estado y con eso el futuro que tenemos como nación, para las nuevas generaciones. Se trata de una nueva Constitución Política de Chile. La opción Rechazo significa seguir igual con algunos maquillajes. La opción Apruebo significa que los ciudadanos en un periodo de tiempo razonable propondrán un nuevo texto con los cambios necesarios. Serán nuevas reglas de convivencia, con un Estados social, donde haya derechos garantizados para todos. Asegurar para los chilenos la propiedad de los recursos naturales, agua y minería. Esto no significa un Estado totalitario ni omnipresente que no respete el derecho de propiedad y una actividad comercial.
No es posible continuar con el actual sistema que entrega a grupos económicos el cuidado de la salud (isapres) previsión (afp) y la propiedad de recursos básicos (concesiones multimillonarias). Basta de confundir con el demonio y promesas, "ahora sí que sí", de mejoras urgentes a los pobladores, las que no quisieron hacer en 30 o más años.
Gaspar Millas del Río
Consumidores chilenosEl covid-19 ha evolucionado en los últimos meses de tal forma, que se ha convertido en un peligro real y presente para los consumidores y las empresas por igual, tanto en Chile como en el mundo.
Con más de 20 millones de personas infectadas en el planeta, esta pandemia ha desatado una profunda crisis en varios aspectos a nivel mundial. Si bien al comienzo de la emergencia sanitaria una de las conductas que experimentó la población fue la compra por pánico de desinfectantes, mascarillas y otros productos de aseo -las cuales llegaron a tener quiebres de stock-, hoy se ha visto un cambio importante en el comportamiento de los consumidores chilenos.
Un 39% de los chilenos encuestados para el estudio "Consumer Pulse" declara que desde que comenzó la pandemia, ha comprado por primera vez en plataformas online de supermercados, cifra que podría aumentar con el paso de los meses, para luego comenzar a mantenerse.
Otro dato interesante que entrega el estudio es que más de un 50% de los consumidores encuestados reemplazaron sus compras en canales tradicionales por canales alternativos, como lo es la compra online o a través de aplicaciones móviles, y un 80% de ellos espera mantener en cierto grado estas nuevas formas de compra.
Estas cifras debiesen alertar a las empresas de bienes de consumo, para que el desarrollo de sus canales digitales les permita aprovechar al máximo la distribución directa a sus clientes. Además, para un futuro no tan lejano deberán evaluar la oferta de valor que le entregan a los consumidores para atender sus necesidades y las de sus familias, considerando que sus prioridades ya no son las mismas de hace 5 meses atrás.
La naturaleza global e impredecible de esta pandemia implica que las compañías de productos de consumo no pueden sentarse y esperar a ver qué pasa. Deben actuar rápido y alinearse con las nuevas tendencias de compra, considerando su papel vital en el apoyo a la sociedad en el escenario actual.
En estos tiempos difíciles, los empleados, clientes, la comunidad de inversores y otras partes interesadas estarán atentas a la respuesta que ofrezca la industria. Aceptar el desafío, tomar medidas que pongan a las personas en primer lugar y mostrar empatía son sin duda los siguientes pasos a seguir para hacer frente a este virus que llegó a nuestro país para quedarse.
Marcial Rapelax