Producto de la contingencia por la pandemia, nos hemos tenido que replantear también cómo celebraremos estas Fiestas Patrias.
Este repliegue dentro de nosotros mismos no se ha dado en un contexto carente de costos y de problemas. Todo el país se ha visto enfrentado a aumentos relevantes de ansiedad, incertidumbre, tensión social y económica, sin contar ni con las herramientas apropiadas para lidiar con estos desafíos, ni con los escapes sociales adecuados.
Toda la crisis se ha vivido al interior del hogar, haciendo convivir a personas que no necesariamente están acostumbradas a compartir en los mismos espacios por tiempos prolongados. Hemos sido testigos del aumento de los indicadores de violencia intrafamiliar a la mujer, y lamentablemente desconocemos los antecedentes de la violencia intrafamiliar hacia los niños, niñas y adolescentes (NNA).
Es en este contexto que nos llegan las Fiestas Patrias, como una válvula ante la tremenda presión que hemos tenido en este tiempo. Y esto nos debería preocupar, no solo desde el ángulo sanitario. Para nuestros NNA, este periodo de mayor estrés puede conducirlos a tomar decisiones poco saludables que nos hagan lamentar accidentes, fallecidos y contagios. ¿Cómo evitar esto? ¿Cómo en este marco podemos celebrar y no lamentar? ¿Cómo podemos orientar a nuestros hijos para celebrar de manera responsable bajo estas circunstancias?
Al respecto, la Fundación San Carlos de Maipo lleva ya más de 6 años trabajando en el concepto de la prevención, entendida como el abordaje sistemático de los factores de riesgo y protectores que explican conductas tales como el consumo excesivo de alcohol y drogas, la violencia, la delincuencia, la ansiedad o la depresión.
Monitorear la conducta de nuestros niños, niñas y adolescentes: involucrarnos en lo que hacen, con quienes comparten, en sus intereses y gustos, es algo que podemos hacer en estos días.
Plantear claramente nuestras expectativas: ¿les hemos hecho ver que queremos que se cuiden estos días, que no nos da lo mismo que beban en exceso o que consuman drogas? Puede parecer obvio, pero está más que documentado en la evidencia nacional e internacional que las conductas no deseadas tienen mucho que ver con expectativas poco claras de conducta de sus cuidadores.
Transmitirles información relevante y fidedigna: el exceso de información puede ser confuso, sobre todos para los adolescentes que están expuestos a un gran flujo de ésta por diferentes medios. Los padres y cuidadores debemos darnos el tiempo de poder encontrar la información adecuada, y real para informarles, sobre todo bajo este contexto de pandemia, tan desconocido para todos.
La entrega de información y la comunicación de expectativas van de la mano y son un gran aporte en las decisiones que tomen los adolescentes frente a las diferentes situaciones a las que se enfrentan hoy en día.
Hablar con ellos desde nuestro sentir y no desde nuestro juicio: nuestros adolescentes escuchan y entienden de mejor manera cuando les decimos qué es lo sentimos con sus conductas, qué nos pasa a nosotros con sus reacciones. El miedo, la pena, la preocupación y el cansancio, son emociones legítimas que viven los padres, madres y cuidadores. Estas emociones son posibles y necesarias de expresárselas a ellos, ya que abre una puerta que les permite empatizar con nosotros, generar una conversación y evitar los juicios de valor que normalmente parten con la expresión "Tu eres de una determinada forma". Cuando hablamos desde el juicio, no les permitimos conectar con nosotros y esto solo asienta los juicios que ellos puedan tener de nosotros y de ellos mismos.
Nos quedan muy pocos días para el 18 de septiembre, pero aún estamos a tiempo, podemos dejar de llegar tarde. Ese es nuestro desafío.
"Puede parecer obvio, pero está más que documentado en la evidencia nacional e internacional que las conductas no deseadas tienen mucho que ver con expectativas poco claras de conducta de sus cuidadores"