Frente a la situación que enfrenta la Región y la controversia generada en los últimos días en torno a las posibilidades de visitar a familiares durante Fiestas Patrias, cuestión que fue finalmente descartada por el Gobierno para el caso de las comunas en cuarentena, hay también que considerar la relevancia que tiene la responsabilidad individual frente a lo que implica este año la conmemoración del "18" en medio de la pandemia.

Y dado que una de las acciones más comunes en estas fechas son los encuentros entre familias y amigos, es importante apelar a la relevancia de cumplir las normas establecidas en ese sentido y recordar que este año todo es completamente distinto.

Esto es especialmente relevante en las comunas en confinamiento obligatorio, pero aplica también para todas aquellas donde los contagios diarios siguen estando altos, como el caso de Osorno.

Por eso, la recomendación -aunque suene antipopular- es no reunirse en estas fechas, por más que sea la costumbre de siempre, una tradición o la forma de conmemorar en familia. Este año, a diferencia de lo habitual, el mayor gesto de cariño hacia los parientes es precisamente evitar esos encuentros, ante el riesgo de transformar un caso en un clúster de nuevos enfermos con covid-19.

Un elemento importante se vincula también a los viajes. En esa línea, el Ministerio de Transportes elaboró un nuevo protocolo en conjunto con las empresas dedicadas a estos servicios, pensando especialmente en las fechas que se avecinan.

Entre las recomendaciones se cuenta comprar los pasajes por Internet, planificar los viajes en los horarios de menor demanda, llevar repositorio para la basura e identificarse con el conductor para la confección de un listado de pasajeros.

A su vez, se mantiene la exigencia de contar con un Pasaporte Sanitario y el salvoconducto respectivo.

Con todo, se debe enfatizar que junto con exigir de las autoridades una adecuada aplicación de las restricciones, así como la fiscalización de éstas, se debe también apelar a la responsabilidad de cada uno, sobre todo considerando que las conductas irresponsables pueden terminar afectando a quienes más queremos.

Una buena noticia para nuestra región pareciera estarse fraguando al alero de uno de los motores productivos que en los últimos años se ha visto opacado por los sectores salmonero, forestal, frutícola y lechero. Nos referimos a la ganadería bovina que hoy exhibe un precio de novillo histórico, a tal punto que es un 60% más alto que nuestros competidores naturales del Mercosur.

¿Podemos sacar conclusiones definitivas? Vamos por parte. En primer término, el actual escenario está íntimamente ligado a los efectos coyunturales de la pandemia del coronavirus sobre el comercio internacional. En el caso específico del sector ganadero, la emergencia sanitaria global obligó al cierre del 70% de las plantas faenadoras del subcontinente americano, lo que ha tenido un impacto tan importante como el cierre de las fronteras, que ha dificultado todo tipo de importaciones.

Es este escenario el que ha generado un aumento en las expectativas de inversores que están viendo en la ganadería un sector interesante, más aún cuando el incremento de las tensiones entre China y Australia llevó al primero a detener las importaciones del segundo a su territorio, espacio que ha sido ocupado por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay. Dos de estos países son los principales proveedores de carne extranjera para Chile y el aumento de la demanda China la hará más cara. Por lo que resta del año, además, los mercados de futuro de la carne marcan un creciente incremento, es decir, otro punto a favor para quienes están viendo con optimismo el sector en el mediano plazo.

No obstante lo anterior, también hay otras razones para ser cautos. En agosto ingresaron al país 22 mil toneladas de carne bovina, cifra récord que, en parte, vino a "poner al día" los meses en que no fue posible importar.

Más allá de esta coyuntura específica que podría ser algo más que un "verano de San Juan", lo cierto es que los problemas para asegurar la proyección del sector ganadero nacional siguen presentes: al fracaso en la búsqueda de canales de comercialización en el exterior, se cuenta la desventaja adicional de que una cadena de seis eslabones que parte por la crianza hasta llegar al supermercado o la carnicería, lo que puede cambiar con la asociatividad. Quizás, este soleado verano sea al momento propicio para adoptar definiciones de fondo: el futuro está en manos de los productores que deberemos decidir si actuar o seguir a la sombra de otros rubros.

Karen Wunderlich Arismendy, directora de la Sociedad Agrícola y Ganadera de Osorno (Sago)