Este año las Fiestas Patrias serán distintas. La pandemia del coronavirus que llegó a nuestro país a comienzos de marzo y se ha expandido por todo el territorio, dejando a la fecha a más de 420 mil contagios y 11 mil 551 muertes, hará cambiar los planes de las familias en torno a estas tradicionales celebraciones. Ello porque las medidas sanitarias que se deben adoptar para evitar el contagio del coronavirus impiden las aglomeraciones, el contacto estrecho entre las personas y otras manifestaciones de afecto que en tiempos normales eran habituales, más en estas fechas, donde a la ingesta de variadas comidas tradicionales se agrega el alcohol.

Es así como se suspendieron fondas, ramadas y desfiles, y todos los eventos públicos y espectáculos que se realizaban en Fiestas Patrias se redujeron a algunas actividades que se efectuarán bajo estrictas medidas sanitarias y llegarán a los ciudadanos a través de las redes sociales y las plataformas electrónicas.

A ello hay que agregar que el toque de queda -que impide a las personas circular por la vía pública- se adelantará para las 21 horas desde el 17 y hasta el 20 de septiembre. En algunas ciudades de la zona sur como Concepción, Temuco y Padre Las Casas existirá un cordón sanitario que restringirá el tránsito de personas desde y hacia estas comunas.

Sin embargo, las Fiestas Patrias sí podrán celebrarse al interior de los hogares y en este contexto la prudencia debiera ser la norma a seguir, tomando en cuenta que se viven tiempos complejos. Es decir, hay que considerar que si bien Osorno ha logrado avanzar en el control de la enfermedad, manteniendo bajas tasas de contagios, la cuarentena en la capital regional da cuenta que el riesgo a infectarse continúa, y de no mediar la prudencia y la responsabilidad, los contagios podrían aumentar y con ello retornar a medidas restrictivas más drásticas, como la cuarentena que imperó en Osorno entre abril y mayo.

De ahí que la recomendación es cuidarse, ya que protegiéndose uno mismo, lavándose las manos, usando mascarillas y manteniendo la distancia física, podrá cuidarse lo más importante: la propia familia.

Hace pocos días, la sala del Senado despachó a segundo trámite el proyecto que incorpora a las trabajadoras de casa particular al seguro de desempleo.

Este grupo de trabajadoras ha tenido que afrontar como todos los chilenos la crisis económica que ha acarreado el coronavirus, sin contar hasta ahora con un fondo de cesantía al cual acudir, lo que las dejaba en una situación muy precaria.

El proyecto -por el cual las dirigentas del sector trabajaron arduamente- dispone que para el financiamiento del seguro de desempleo se redistribuya la actual cotización del 4,11 %, de cargo del empleador, dividida en dos cotizaciones. Un 2,2% para la cuenta individual del trabajador o trabajadora, y el 0,8% restantes para el fondo de cesantía solidario; y la cotización del 1,11 %, también de cargo del empleador, pero destinada a financiar la indemnización a todo evento.

La medida apunta a enfrentar una de las principales secuelas socio-económicas de largo plazo que dejará la pandemia en el país: la pobreza.

La reciente encuesta social Covid indica que durante la emergencia los hogares con jefatura de hogar femenina y los hogares de los dos quintiles más pobres son los que se encuentran en situación más vulnerable.

Más grave todavía, un 59,4% de los hogares declara que ha visto sus ingresos totales disminuidos y casi un 50% de los hogares estima que éstos se han reducido a la mitad o más. Y un reciente estudio del Observatorio Laboral, revela que en la Región de Los Lagos más de 230 mil mujeres están desocupadas en la región.

Queda en evidencia la necesidad de que el Estado intervenga de manera más profunda porque, claramente, los trabajadores del país no podrán salir de esta crisis sin ayuda.

La inyección de recursos frescos y la activación de programas sociales para enfrentar la etapa que viene son cuestiones esenciales. Y así como se está resolviendo el problema de las trabajadoras de casa particular debemos también resolver, con medidas concretas, efectivas y rápidas, el problema que enfrenta la pequeña y mediana empresa de la región, especialmente en los rubros del turismo y la gastronomía, que generan recursos y miles empleos directos e indirectos, y que se encuentran hoy entre los más afectados por la crisis.

Rabindranath Quinteros, senador Región de Los Lagos