Septiembre es una época que se relaciona habitualmente con las alergias. Entonces, muchas personas se preguntas si es posible confundir los síntomas de esta afección con el coronavirus.
La doctora Rosa Feijoo, alergóloga y broncopulmonar, señala que hay claras y reconocibles diferencias entre los síntomas del COVID-19 y la alergia estacional. "En esta última es típico el prurito nasal, ocular, auditivo y faríngeo, junto a accesos de estornudos y lagrimeo. El coronavirus, en cambio, produce fiebre, malestar general, dolor muscular, cefalea, tos y disnea o dificultad respiratoria, mientras que la picazón está ausente", señala.
En ese sentido, señala que los pacientes con asma alérgica pueden también tener tos y dificultad para respirar intermitente, "la que tiende a empeorar en la noche y mejora con el uso de inhaladores, mientras que en la infección por coronavirus la disnea es permanente y se asocia con fiebre y malestar general".
EN CASA
Desde marzo, hemos pasado la mayor parte del tiempo en casa. Esto hace que el tiempo de contacto con los alérgenos intradomiciliarios aumente.
Por eso, la Dra. Feijoo recomienda no descuidarse y mantener rutinas de higiene habituales, para reducir la presencia de ácaros del polvo, caspa y pelo de mascotas y hongos en el hogar, ya que también pueden gatillar síntomas alérgicos.
A esto, se añaden otras medidas preventivas como lavarse las manos con frecuencia y ventilar la casa al mediodía para evitar las horas de mayor polinización (muy temprano en la mañana y a última hora de la tarde).
Además de cumplir con las recomendaciones mencionadas, los pacientes alérgicos deben seguir el tratamiento farmacológico indicado por su médico. Este variará de acuerdo con la severidad de los síntomas. "Si se trata de molestias nasofaríngeas, el uso de antihistamínicos y/o esteroides nasales puede ser suficiente. Pero si la alergia afecta la capacidad respiratoria y produce sintomatología asmática, como silbidos al respirar, ahogos, dolor o rigidez en el pecho, es recomendable utilizar inhaladores de forma permanente", advierte.
En caso de una crisis, el tratamiento consiste en aumentar el uso de broncodilatadores y agregar corticoides orales por algunos días. "Sin embargo, si el paciente no tiene un plan de acción predefinido para tratar una crisis de asma o si no responde a la terapia, debe consultar con un médico", afirma la especialista.