Correo
Guerra de guerrillas
Se dice que en las regiones de La Araucanía existe "violencia rural", en circunstancias que lo que existe es una "guerra de guerrillas"; una estrategia militar llevada a cabo por pequeños grupos de combatientes armados que ejecutan actos de carácter terrorista y otros hechos de enorme violencia. No se trata de algo parecido a la guerra, es guerra de verdad y debe ser tratada como tal. Ella debe ser enfrentada por fuerzas militares que empleen todo su potencial y bajo las reglas de tiempo de guerra; no por fuerzas policiales restringidas en el uso de la fuerza por protocolos diseñados para controlar a delincuentes comunes en tiempos de paz.
Al respecto, es preciso hacer presente que este tipo de guerra irregular es difícil de neutralizar gracias a la movilidad de los guerrilleros, al conocimiento del terreno, a su habilidad para diluirse entre la población civil y a su fácil dispersión en pequeños grupos y sin uniformes identificativos, lo que les permite operar de manera oculta y sorpresiva, moverse con rapidez y reunirse y dispersarse sin dejar rastro.
Adolfo Paúl Latorre abogado
Nación de cobardes
Cuando niño escuchaba en la radio "El gran teatro de la historia" donde se recreaba las valientes acciones del séptimo de línea y el combate de la Concepción. En esa guerra, desde el Presidente hasta el último soldado eran todos valientes. Nunca se me pasó por la mente que un chileno derribara el busto del héroe Teniente Ignacio Carrera Pinto. Cobardes son los chilenos que no impidieron que la turba derribara su busto y lo botara a un río. Hoy en día son cobardes los profesores que no corrigen a sus alumnos para no tener problemas. Cobardes los padres que no se atreven a cumplir su tarea de educar a sus hijos y ponerles límites, o decirles que no, por temor a conflictos familiares. Cobardes los jueces prevaricadores que no se atreven a aplicar la ley por miedo a las represalias. Cobardes los políticos que actúan en contra de sus principios por miedo a las encuestas. Cobardes los ciudadanos que ven que asaltan a una mujer y en vez de defenderla se ponen a filmarla. Menos mal que los inmigrantes son más valientes y si han ahuyentado a los delincuentes. Cobardes las autoridades que no se atreven a desalojar municipalidades o colegios por temor a no hacer lo políticamente correcto y los funen. Cobarde diversos Gobiernos que no supieron defender el territorio nacional y se han perdido territorios por temor a un enfrentamiento. Cobardes los ministros del Interior y Defensa que envían a Carabineros y Fuerzas Armadas a enfrentar a terroristas sin el respaldo necesario para el uso de la fuerza. Cobarde el Gobierno que entrega soberanía a organizaciones extranjeras por temor a no cumplir con lo dispuesto por la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
La bandera Presidencial tiene en su centro el escudo de armas de la República, eso se hizo así para que el Presidente de turno lea permanentemente el lema del escudo "Por la razón o la Fuerza" y lo cumpla. No vaya a ser que también no aplique la Fuerza por cobardía o temor a las encuestas.
Onofre Torres Colvin
Doble estándar de la izquierda
Cada cierto tiempo el doble estándar resurge en este país. En nuestros días ha vuelto a tomar parte de la agenda debido a la presión ejercida por gremios de camioneros al ejecutivo -que, de no acceder a sus demandas por orden público y seguridad, iniciarán un paro nacional-. Resulta ilustrativo del doble estándar, que ante amenazas y ultimátum como estos, la izquierda salga a rasgar vestiduras de que es inaceptable que la democracia se encuentre amordazada por grupos de interés. ¿No es acaso el mismo fenómeno replicado en los paros del Colegio de Profesores, CUT, ANEF, Confusam? ¿No ocurrió una amenaza semejante a la deliberación democrática con los estallidos 2.0 ante el retiro de 10%? ¿Acaso el senador Lagos Weber no fue testigo en carne propia de este tipo de prácticas al promover una indicación tributaria en el "debate" del 10%?
Ocurre que a la izquierda no le interesa que la democracia y el Estado de Derecho se encuentren amenazados por presiones de grupos de interés, funas o paros nacionales. Lo que le repugna, es que éstas mismas prácticas nocivas sean utilizadas en causas que ellos no comparten. Allí radica, entonces, su patético doble estándar.
José Luis Trevia