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Ayudar a la comunidad
La inquietud por ayudar a otros también sirvió de impulso para que Manuel Alvarado, de 33 años, se sumara a Ubro. A los 12 años comenzó como cadete en los Bomberos de Osorno y perteneció a las filas de la Octava Compañía de Rahue Alto, por lo que su interés estaba centrado en los temas de rescate.
Con su constancia logró que, en sólo dos años, esté a cargo de la parte acuática con buzos y nadadores, los cuales se despliegan durante los operativos. En paralelo, de igual forma, desarrolla tareas agrestes, de apnea, pues el trabajo en equipo es fundamental para un resultado exitoso y seguro.
"Siempre me ha llamado la atención el tema de rescate, buceo y voluntariado. Seguí con la iniciativa de ayuda a la comunidad. En la Carretera Austral aprendí el buceo y, posteriormente, sobre la base de imágenes que vi en redes sociales de Ubro, me llamó la atención", expresó Alvarado.
En su vida diaria labora en la fabricación de ropa deportiva, con la empresa Spearhead, donde ha contado con facilidades para acudir a las emergencias. De esta forma, consigue planificarse para no descuidar ninguno de sus roles. Mientras está en el río se enfoca netamente en sus objetivos; y al culminar y en sus tiempos libres se dedica a sus hijos.
"Siempre nos organizamos consultando a los voluntarios. Cuando empezó la emergencia en la que nos encontramos en este momento, partí desde el primer día y estuve hasta 18 días consecutivos. Ahora por temas laborales estoy yendo periódicamente", indicó el voluntario.
El buzo recalca que, aun cuando no puede asistir, su preocupación es constante. En estos años dice que se ha topado con escenarios complejos, como tratar de contener emocionalmente a las familias que en ese momento se encuentran afectadas.
"De repente da como un poco de angustia, pero uno se da fuerzas, somos voluntarios y lo hacemos porque nos gusta. Tratamos de darles tranquilidad. Muchas veces las personas hablan de ego y yo creo que más que ego, es satisfacción, a pesar del cansancio y las dolencias", enfatizó.
"De repente da como un poco de angustia, pero uno se da fuerzas, somos voluntarios y lo hacemos porque nos gusta".
Manuel Alvarado, Voluntario de Ubro