La incansable labor de los voluntarios de Ubro para llevar calma a las familias
En su cotidianidad tienen trabajos, hijos, objetivos y, de igual forma, decidieron añadir la responsabilidad de buscar a personas desaparecidas en los ríos de Osorno. Pese a que las jornadas son extensas y los recursos limitados, cada uno de sus integrantes invierte su mayor esfuerzo para que los afectados puedan cerrar ciclos emocionales dolorosos.
La Unidad de Búsqueda y Rescate de Osorno (Ubro) se ha convertido en una esperanza para la comunidad osornina, sobre todo para aquellos que deben lidiar con la desaparición de un ser querido en las aguas de los ríos Rahue y Damas. El equipo está integrado por voluntarios con familias, oficios y metas, quienes constantemente tratan de organizarse para atender emergencias guiados por su vocación.
A partir de su fundación oficial, en enero de 2017, se han ido sumando integrantes. Inicialmente partieron con sólo 17 y en la actualidad llegan a un grupo de 70 miembros, donde varios de ellos experimentaron de cerca una pérdida personal en los caudales de la zona, por lo que ahora buscan devolver la ayuda que recibieron.
Buzos, encargados de logística y tripulantes son algunos de los roles que desempeñan diariamente. Sin embargo, cada uno está capacitado para desenvolverse en lo que se requiera al momento, porque su premisa es no detenerse hasta finalizar una búsqueda.
Desde hace más de un mes se encuentran en un nuevo operativo para tratar de dar con el paradero de dos personas: Cristian Cárdenas (33) y María Melba Pozas (64). Leopoldo Rojas, Cecilia Salas y Manuel Alvarado han participado en estas labores, así como de otras tantas a lo largo de estos años, con el único objetivo de entregar tranquilidad a los parientes afectados.