Amor y enfermedad en tiempos de pandemia: una performance puertas adentro
VIDEOS. Creadores usaron el encierro y el conflicto como una posibilidad del arte.
Por Andrea Lagos Gómez
Él, un ex presidiario. Ella, borderline. Él, Jhafis Quintero, panameño. Ella, Johanna Barilier, suiza. Juntos -Jhafis y Johanna- crearon una performance sobre el amor en situación de confinamiento a la que llamaron "Poem, patologías compatibles". La obra será transmitida en línea desde Chile el próximo jueves 20 de agosto, desde el Facebook de Factoría Santa Rosa, galería de arte ubicada en la ex fábrica de textiles Musalem del barrio Franklin de Santiago.
Los cinco video performances, "son una protesta a la manera impuesta y canónica de comportarnos en pareja; (debemos actuar) como si nuestras vidas en cuarentena fuesen equivalentes al desenlace feliz de una película de Disney; como si las condiciones materiales en las que vivimos fuesen el escenario perfecto para el feliz desenlace de un romance entre príncipes y princesas".
El curador de la muestra Antonio Urrutia Luxoro explica que la obra "Poem, patologías compatibles" tiene "la estructura dramática de la tragedia shakesperiana, en la que Quintero y Barilier invitan a padecer y socializar la experiencia de un proyecto de vida, cuyo sentido de permanencia no tiene ningún otro valor más allá del amor mutuo y gigantesco".
Para el artista Jhafis Quintero su amor es "inútil para las normas sanitarias de la economía, un amor que no produce más que el excedente de su propia representación. Sin hijos, sin árboles ni libros es un amor alternativo, honesto y transparente".
El día de la muestra, se podrán ver los videos, donde el amor y la enfermedad se muestran de manera estética y cruda. Asimismo, los artistas serán entrevistados por la periodista y curadora de arte Catalina Mena.
Los artistas en pandemia
Jhafis Quintero (Panamá, 1973) se introdujo al mundo del arte casualmente mientras cumplía una condena de diez años de prisión en Costa Rica. Esa experiencia marcó definitivamente su obra, cuya temática gira siempre en torno a la supervivencia y la muerte, lo que le ha permitido expiar sus delitos y canalizar su sed de transgresión sin dañar a los demás.
"Todas mis obras tienen que ver con el resultado de mi investigación del cuerpo inmerso en espacios cerrados, del cuerpo en la confinación y las formas alternativas de supervivencia en estos espacios límites", señala el artista, quien ha desarrollado una carrera robusta y reconocida que lo llevó a representar en 2013 a Panamá en la Bienal de Venecia con la performance Prótesis, en la que simuló una práctica carcelaria de comunicación furtiva como una forma de mantener la privacidad, la interacción social y el sentido de identidad.
Por su parte, Johanna Barilier (Suiza, 1986) proviene de una familia cristiana y conservadora. Dice que desde muy niña tuvo problemas de adaptación, especialmente en su etapa adolescente donde fue internada en distintos hospitales. Fue diagnosticada con trastorno de personalidad, por lo cual los doctores le recomendaron recluirse de manera definitiva. Sin embargo, por su cuenta, Johanna comenzó a desarrollar sus habilidades artísticas y a trabajar como fotógrafa en el campo social, registrando a gente que con experiencias de marginalidad como la suya. Hasta que ella misma se convirtió en un sujeto de arte en un contexto estéticamente idealizado.
20 de agosto, en el Facebook @Factoría.SantaRosa, será transmitida la obra "Poem, patologías compatibles".