Correo
Coronavirus y plebiscito
De acuerdo a una encuesta IPSOS efectuado en varios países, los chilenos son los más preocupados del Covid-19, con un 62 por ciento que encuentra que es el principal problema, contrastando con un 25% que encuentra que es nuestra crisis política. Frente a esta realidad tendremos que preguntarnos; ¿Es pertinente realizar un plebiscito cuando el peligro de contagio sigue alto? ¿Si se postergaron las elecciones municipales seis meses a pesar de que habían terminado las autoridades su período, por qué no se puede hacer con el plebiscito?
¿Alguien puede asegurar a los votantes y en especial a los vocales de mesa y apoderados que no se van a contagiar?. Realizar este plebiscito lo único que hará es quitarle legitimidad al proceso constituyente, por las personas que no fueron a votar. He leído todas las medidas que propone el gobierno y ninguna convence. Una decisión tan trascendental para la historia de Chile va ser siempre objetada, pero lo peor será la responsabilidad de la clase política si es que se producen aumento de los contagios y muertes. Si la primera prioridad de los chilenos es vencer al coronavirus, concentremos en ello.
Olga Fernández Cárdenas
Kilos demás
La encuesta de consumo de alimentos y ansiedad durante la cuarentena por covid-19 en Iberoamérica", realizada en Argentina, Colombia, Ecuador, Uruguay, Paraguay, Panamá, Costa Rica, Guatemala, México, España y Chile, a más de 12 mil personas, evidenció que el 38,5% reconoce haber subido de peso durante la cuarentena o confinamiento. En Chile la cifra fue del 44%.
¿Cómo se explica este fenómeno? Básicamente por la ecuación: más consumo, menos gasto energético. Es decir, hemos consumido más, en términos globales, y realizado poca actividad física.
Los principales errores cometidos en casa durante estos cinco meses de la crisis sanitaria en Chile han sido regalonearse con la comida y hacer muchas preparaciones poco saludables para consumo habitual. En el caso que hayan sido saludables, también los hemos consumido en más cantidades, porque la comida está disponible y hay tiempo para comer. También ha sido una forma de entretención cocinar y, por ende, hay mayor consumo.
Se sugiere informarse y hacer preparaciones más saludables, incorporar horarios y hacer más ejercicio. En redes sociales está lleno de ideas de cómo realizar ejercicio en poco espacio. Hay más buenas consecuencias, ya que hemos aprendido a cocinar, comer en familia y organizarnos entre compras más sustentables y económicas. Entre lo malo, es efectivo que hemos ganado algunos kilos y hay que hacerse cargo pronto. Para eso estamos los nutricionistas, para ayudar y apoyar a las personas en el proceso de recuperar el adecuado estado nutricional.
Carmen Gloria Fernández, académica de Nutrición y Dietética
Daño al turismo
El turismo es un recurso que en Chile se vincula con la industria creativa, también llamada "Economía Naranja". En estos tiempos hay eventos que están cambiando las percepciones de adonde cómo viajar. Líneas áreas low cost, que solo transportaban personas y un maletín; distancias mínimas entre los asientos; ventas masivas por sobre la comodidad, fueron innovaciones de aquellas que no se podrán mantener en el escenario pos covid- 19 donde las distancias serán mayores y los costos también.
Bajo el supuesto de que el alto volumen de viajes caerá, la disputa de cada país será por ofrecer turismo seguro en lo sanitario, primando sobre el costo. La nueva ola de turismo, además, tendrá en cuenta la seguridad política y en este sentido la industria chilena tiene mucho que temer. La mantención de un alto grado de conflictividad llevaría al colapso a un sector que abarca transporte, hoteles, restaurantes y que permanece en esta misma situación desde octubre de 2019. Chile no puede sostener una oferta de viajes razonable con este clima y se sumará la situación regional respecto del covid-19. Desde este punto de vista, América del Sur está en zona de crisis salvo Uruguay. El mismo panorama incluirá a Perú, Ecuador, Colombia, Argentina y Brasil, lo cual impide sinergias turísticas para viajeros de otros continentes.
Parte de la resiliencia del país implica la necesidad de que el sector turismo participe activamente en las mesas sociales, políticas y económicas; prepararse para un flujo menor y más limitado de personas; reducir la expansión de este sector y ajustarla a viajeros de procedencia más cercana o simplemente locales y; bajar los precios respecto de destinos semejantes en la región.
Con todo, es probable que recién en 2023 pueda tener lugar un flujo reestablecido, pero aquí también la variable de cómo se desarrolle la política y el orden público son sustantivas para el futuro y añaden más elementos para escenarios negativos que positivos.
Cristián Garay Vera