Focalización del gasto social
Es central que municipios y organismos del Estado encargados de canalizar la ayuda dispongan de canales efectivos de comunicación, sobre todo para la clase media. Para ayudar a la clase media se requiere de estrategias distintas a las usadas frecuentemente por los organismos estatales.
Considerando que los municipios constituyen la puerta de entrada por la cual los ciudadanos se relacionan con el Estado, cada tipo de ayuda que se prodigue desde las corporaciones edilicias, como también los recursos que se les asignen desde el nivel central para cumplir con su función, es particularmente relevante en el actual contexto de la pandemia del coronavirus, que está tensionando de forma inédita las capacidades de los países para ir en auxilio ya no sólo de los grupos más vulnerables, sino que también de una amplia clase media que está viviendo un progresivo proceso de empobrecimiento. El debate nacional que ha habido en torno al retiro del 10% de los fondos de las AFP es un indicativo de la magnitud de la crisis económica que sacude tanto al país como al resto del mundo.
El Estado, tan proclive y habituado a destinar ayuda a los sectores más frágiles de la ciudadanía, ha tenido dificultades para hacerse cargo de las demandas de una clase media que como nunca antes, necesita de programas sociales ágiles y efectivos que le ayuden a paliar la pérdida del empleo, la reducción de los salarios y un mercado laboral que está prácticamente paralizado. Las familias de clase media no acostumbran acudir a los municipios ni a los organismos gubernamentales, por lo que es indispensable que los municipios y organismos gubernamentales tomen nota de esta diferencia y generen estrategias de comunicación claras y asertivas que les permitan conocer en detalle los tipos de ayuda que se están implementando.
En este mismo ámbito, es fundamental que el Estado, a través de sus distintas reparticiones, se preocupe de aplicar el máximo de rigor a la focalización del gasto social. De poco servirá anunciar recursos que se entreguen a través de los municipios u otros organismos, si éstos no logran llegar, por falta de información o entrampamiento burocrático, a las familias que lo necesiten. La información de los tipos de programas y su pertinencia debería estar ahora en el centro de la acción estatal.