Paola Rojas Mendoza

Otro rubro que ha debido reinventarse en tiempos de pandemia es el de las cabañas y hospedajes, que ya hace un año vive una compleja situación desde el corte de agua de julio de 2019, el estallido social que comenzó en octubre y ahora desde marzo con el coronavirus, por lo que ahora la apuesta está dirigida a un público de empresas para poder seguir con este negocio.

Para funcionar, estos empresarios han debido invertir un importante capital en implementación que permita un nivel de bioseguridad que resguarde tanto a sus huéspedes como trabajadores, cumpliendo con las recomendaciones del Ministerio de Salud para el funcionamiento seguro de estas dependencias.

Si bien estos establecimientos no tuvieron prohibición de funcionar como el comercio en general, se vieron afectados en general por la imposibilidad de desplazamiento que obliga la pandemia y sobre todo cuando se decretó la cuarentena en Osorno, a fines de marzo y que duró hasta fines de abril, donde no llegaron huéspedes de ningún tipo.

Volver a empezar

Andrea Peña, administradora del Apart Hotel Blumenau, ubicado en la avenida Julio Buschmann, a la entrada de la ciudad, señaló que precisamente hoy este complejo turístico reabrirá sus puertas, luego de más de tres meses cerrados, primero por la cuarentena y luego por la continuidad del cordón sanitario.

"Nosotros justo estamos donde instalaron el cordón sanitario y el taco que se formaba no permitía el ingreso a las cabañas. Ahora para funcionar cambiamos todo e incluso hicimos un protocolo", manifestó.

Las normas que implementaron para dar seguridad a trabajadores y huéspedes comienzan al ingreso de los pasajeros, donde sólo uno de ellos puede pasar a la recepción, las maletas son desinfectadas, las cabañas son desinfectadas y también hay un servicio de este tipo para los autos, además de los resguardos como mascarillas y pisos para desinfección del calzado.