Salud en todas sus aristas
En medio de una pandemia mundial, una de las mayores preocupaciones de los padres es que su hijo se enferme. Sin embargo, en muchos casos la necesidad hace que los padres trabajadores deban ir a sus empleos, a pesar del miedo y la incertidumbre que les produce poner en riesgo la vida de sus hijos.
Por eso el anuncio de protección para padres, madres y cuidadores que son trabajadores dependientes formales de niños en edad preescolar es una medida que tranquiliza a varias familias del país.
En el tiempo actual existen muchos trabajos que se pueden realizar a la distancia, sin la necesidad de concurrir a otro lugar físico, asimismo, si no está la posibilidad se puede optar por acogerse a la ley de protección al empleo. Es fundamental para mantener la salud de los más pequeños, pero sobre todo proporcionar tranquilidad mental a los padres de los niños.
Juan Luis López
Pandemia
Esta palabra se ha incorporado dramática, inesperada y desgraciadamente en nuestro vocabulario cotidiano, la que identifica y advierte una triste situación que altera nuestro diario vivir a un grado máximo, obligándonos a una inamovilidad de desconocido destino.
La historia mundial de los pueblos contempla en su gran mayoría ciertas guerras en defensa de sus territorios o tras apetitos por ampliarlos, alterando la convivencia general, pero jamás por enfrentar a un feroz enemigo de presencia inexistente y de intención destructiva, como lo es el covid-19, peste cuyo origen se atribuye procedente del oriente, cargando a los chinos su creación o responsabilidad.
Los dramáticos efectos de esta pandemia ya se pueden predecir, por cuya razón deberemos someternos estrictamente a las instrucciones vigentes y a las próximas, en especial, permanecer en nuestros hogares y usando mascarillas, más el constante lavado de manos y distancia entre nosotros.
David Benavente
Mercado laboral
La actual situación sanitaria del país ha generado una caída significativa en la actividad económica, con un fuerte impacto en el empleo. La necesidad de confinamiento asociada a la pandemia por el covid-19 ha generado una detención abrupta del normal funcionamiento de la economía nacional, con múltiples sectores fuertemente afectados.
Esto ya se vio reflejado en el Imacec de abril, con una caída del 14,1% en doce meses. Si se excluye el sector minería, la caída es del 15,5%. Probablemente en mayo observemos una caída aún mayor. De la misma manera, las últimas proyecciones de variación del PIB en Chile para el año 2020 son entre -4,5% (FMI) y -7,1% (OCDE, si se produce un segundo brote del virus). En definitiva, Chile sufrirá la peor recesión desde la vivida en 1982.
En este contexto, las cifras de desempleo que actualmente observamos en el país están lejos de alcanzar sus peores valores. La última información disponible es que, a nivel nacional y en el trimestre móvil febrero-abril, el desempleo alcanzó 9% (INE). Eso sí, este guarismo fue alcanzado con una baja significativa en la tasa de participación y una caída en el empleo del 7,6%. Es decir, hay una caída en la cantidad de personas trabajando, lo que genera baja de ingresos para los hogares.
Todo lo anterior nos plantea un gran desafío para lo que viene después de la pandemia. En primer lugar, se hace evidente la necesidad de implementar políticas de apoyo a la creación de trabajo, como los que han planteado el grupo de 16 expertos convocados por el Ministerio de Hacienda. Pero más allá de estas medidas, muy necesarias, también lo ocurrido en estos meses nos obliga a repensar la forma en que trabajamos, la manera en que preparamos a las futuras generaciones de trabajadores y los mecanismos de capacitación. Una parte de la caída en el empleo simplemente no podrá ser recuperado cuando ocurra la recuperación económica. Esto, porque la pandemia nos ha mostrado que hay otras soluciones a la forma de trabajar, más tecnológica. En cierta manera, la pandemia aceleró la amenaza que nos traía la muy nombrada revolución industrial 4.0, referida a la digitalización de los procesos industriales.
Entonces, el gran desafío para el mercado laboral es, por cierto, apoyar a quienes han perdido su fuente laboral y generar las condiciones para acelerar la recuperación de estos puestos perdidos. Pero como se ha señalado, incluso actuando de la mejor manera en este frente y con una fuerte recuperación el 2021, nos quedaremos con un bolsón de desempleados que tendremos que apoyar en su reinvención laboral. Urge, entonces, una modernización de los programas de capacitación de Sence, para que puedan hacerse cargo de la mayor cantidad de desempleados con necesidades muy distintas a las observadas en el pasado.
Jaime Vatter, decano de la Facultad de Ingeniería y Negocios de la Universidad de Las Américas