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Control sanitario
Lunes de odisea, con hora al médico 15 horas desde el sector Barro Blanco. Salí a las 12 horas y llegué a la revisión 15.45: más de 3 horas de atraso, hora médica perdida.
Cuando el intendente y la Autoridad Sanitaria son reiterativos en mencionar los motivos para salir de nuestras casas y, precisamente como se trata de salud, qué explicación podemos obtener quienes después de 30 días de abstenernos para colaborar en esta crisis y siendo imperiosa la necesidad del control médico y más que nada obtener las recetas, sin la cual no podemos adquirir algunos remedios, regresamos sólo con pan y frutas, porque tampoco podemos conseguir lo que necesitamos, como alcohol y otros insumo, ya que a las 18 horas comienzan a cerrar los negocios.
El regreso fue peor, a las 19 horas en calle Julio Buschmann con César Ercilla y llegada al control sanitario a las 22:15 horas (más de 3 horas) y nos obligaron a desviarnos a la carretera por avenida Rodríguez, porque atendían sólo hasta 22 horas, debido al toque de queda. Cientos de vehículos nos dirigimos hacia la ruta 5 y hubo que pagar peaje, también con una larga espera, que entre los automóviles, oscuridad y neblina muchos preguntaban por dónde salían a sus destinos, respuesta que tampoco pudieron dar, porque algunos que atendían no eran de Osorno o estaban recién llegados.
Pertenezco al grupo de alto riesgo y esta situación me acongoja, porque los cientos de vehículos que esperamos, tanto de ida como de regreso, éramos solitarios conductores que no creo íbamos precisamente al mall, a concentraciones, ni a hacer vida social, como sí lo pueden hacer quienes libremente se desplazan en la ciudad.
Señor intendente y seremi Molt, comprendo y comparto plenamente su quehacer, pero es necesario escuchar también a los que sufrimos por este excesivo control sectorizado. Existen medidas que los propios afectados podemos ayudar a mejorar, como liberar uno de los documentos, o que sólo una persona los revise, hacer filas prioritarias, horarios adecuados para los que nos atienden, que contribuiría a agilizar el proceso, porque el cansancio se nota en ellos y por ende la lentitud en la atención también.
Las consecuencias de esta inesperada situación que viví generó perder mi atención médica, no pude comprar remedios, traje no precisamente lo que necesitaba, apurada por tiempo y horarios comerciales, gasto de combustible por más de 8 horas con motor prendido; batería agotada del celular para mostrar código; entorpecer tránsito de vehículos prioritarios; sin alimentación y transitar con el riesgo excedida en el horario del toque de queda.
Hubo algo que me afectó por sobre todo lo relatado: escuchar que nuestros salvadores carabineros estén sin comer durante 12 horas por cuidar nuestra salud e inesperada demanda.
Nolbia Vidal Azócar
Tipo de oposición
La oposición no debiese ser sinónimo de maldad ni obstruccionismo, sino de diálogo y acuerdos.
Todos sabemos que es difícil gobernar, pero más aún cuando en el Congreso hay dos oposiciones: una democrática y otra que no comprende que hay que alinearse con los intereses de la ciudadanía, y empeñada en sus intereses políticos.
La primera ha colaborado en la aprobación de las iniciativas planteadas por el Ejecutivo, pero la segunda convive en un sector oscuro donde la comprensión del bienestar de la ciudadanía es desplazada por politiquería e ideologías autoimpuestas.
No nos dejemos engañar por falsos discursos de unidad opositora, porque quien no piensa en la ciudadanía, en su propio pueblo por sobre sus intereses, dudo mucho que pueda ayudar a su hermano de doctrina.
Francisca Matamala, cientista político
Riesgos del teletrabajo
El brote de covid-19 ha puesto una presión inesperada a los equipos de TI de las empresas, organizaciones e instituciones públicas y privadas, debido a la digitalización acelerada que se ha experimentado por el incremento de la necesidad de ejecutar labores de teletrabajo. Estos han debido desafiar las condiciones de cuarentena y "correr" para poner a disposición de los trabajadores accesos remotos, y entregar equipamiento de conexión; así como también verificar que los sistemas soporten estos accesos. El problema que surge de la expansión de accesos remotos es que abre potenciales puertas para cometer fraudes digitales. Hasta el momento no se ha tenido el tiempo de evaluar, ni mitigar los puntos de riesgos, lo que se ha traducido en un aumento de las denuncias de ataques y fraudes cibernéticos.
Es urgente que los profesionales actualicen sus conocimientos respecto a metodologías, tecnologías y estándares de seguridad, para masificar la cantidad de profesionales competentes que puedan ejercer medidas de ciberseguridad efectivas y anticipar los riesgos, ante la ocurrencia de situaciones de emergencia, como la que se está viviendo.
Miguel Ángel Díaz Académico Departamento de Control de Gestión y Sistemas de Información, Universidad de Chile