Sergio Silva Vásquez

Mery Troncoso Hurtado fue una reconocida educadora de párvulos que falleció a los 66 años de edad en el Hospital Base San José de Osorno, tras padecer cáncer.

La profesional, hermana del concejal Mario Troncoso y del constructor civil Jaime Troncoso, hizo carrera en las escuelas Monseñor Francisco Valdés de Francke y luego en la Italia de Rahue Bajo. Su deceso sorprendió a muchas personas y ocurrió el pasado 21 de marzo, justo a 20 años de la muerte de su esposo.

El concejal de Osorno, Mario Troncoso, comentó a este medio que dada la pandemia del coronavirus, y en virtud de lo ordenado por las autoridades de salud y la propia funeraria, como familia debieron adaptarse a un velorio ajustado al protocolo sanitario decretado por el Gobierno por la pandemia de covid-19.

"Le pedimos a las personas que llegaron al velorio de mi hermana que sea una visita breve y con un máximo de 10 personas. Hay temor de contagio y hay medidas de seguridad que debemos tener en cuenta. Hubo, además, muchas personas que nos llamaron para disculparse por no estar presentes, pero se entiende que todo era por el temor del coronavirus. En el funeral llegaron más de 60 personas al Cementerio Católico. No podíamos prohibir que llegaran, pero todos mantuvieron la distancia mínima", recuerda el concejal Troncoso.

Así como este caso, varias familias han debido aplicar medidas de seguridad en velatorios y funerales durante estos días.

Según Héctor Fuchslocher, propietario de la funeraria que lleva su apellido y que por años funciona en la villa de Entre Lagos, en la comuna de Puyehue, hace unos días les llegó un instructivo de la Autoridad Sanitaria con 13 puntos que consideran diversos aspectos de cómo actuar tras la prohibición de las reuniones con más de 50 personas, luego de entrar en la fase 4 por el covid-19.

"En lo personal, antes de que llegara este documento, tuve servicios y le pedí a los familiares directos algunas medidas de resguardo. Luego salió el anuncio del Gobierno y eso ayudó a reforzar las medidas que estaba tomando, de evitar los velorios masivos y a la hora del funeral que no llegaran más de 50 personas", indicó.

Fuchslocher realizó 8 servicios fúnebres durante la semana pasada en las comunas de Osorno, Puyehue y en Carimallín, en Río Bueno.

"De ellos, seis acataron las medidas de restricción y entendieron, incluso recuerdo que el familiar de un paciente, al momento de retirar el cuerpo desde la morgue del hospital, fue precavido y pidió guantes y mascarillas como medida de protección. En los otros dos casos les informamos de los resguardos", sostuvo.

Preocupación

Félix Alquinta, dueño de la Funeraria Alquinta de Río Negro y con sucursal en la comuna de Purranque, que además fabrica urnas, comentó que dada la contingencia por el virus, se encarga, junto a su personal, de difundir las precauciones que se deben tomar en los servicios fúnebres.

"Todo el personal de la funeraria sabe que debe tomar los resguardos sanitarios y seguir el protocolo que nos hizo llegar la autoridad respectiva. Además, comunicamos a las familias sobre las restricciones que existen, pero para ser sincero, es muy poca la gente que está llegando a los velorios y funerales. Eso quiere decir que se están tomando las precauciones para evitar contagios", comentó Alquinta

Con 26 años en el rubro, Feliz Alquinta indica que trabaja con cinco personas, de los cuales algunos realizarán cuarentena preventiva para no exponerse, medida que recalca es necesaria, ya que "hay que velar por la seguridad de los funcionarios y de sus familias. No puedo exigir que vengan a trabajar (..) la salud es lo primordial e importante en este momento", dijo.

La Autoridad Sanitaria indicó que quienes retiren cadáveres desde la morgue de los hospitales deben usar el equipo de protección, que consiste en guantes, mascarilla y pechera. Además, los recintos asistenciales tienen un protocolo para entregar a los fallecidos, que culmina con el sellado de la urna.

Jorge Zincker, dueño de la funeraria San Francisco, situada en Eduvijes esquina Manuel Rodríguez, ve con preocupación el hecho de reportarse un caso fatal de covid-19, ya que hay muchos dueños y trabajadores que no saben cómo será el retiro de los cuerpos.

"Se emitió un informe, pero la práctica es distinta. Por eso sería bueno que las autoridades se dediquen a instruir a los trabajadores que prestan el servicio fúnebre sobre cómo actuar, aunque sabemos sobre las medidas de protección. La realidad en otros países de Europa es muy distinta a lo que se aplica en Chile. ¿Quién nos facilitará los trajes?. Como mínimo para retirar a un fallecido se necesitan de dos a tres personas", comentó Zincker.

Otra duda que tiene el empresario es "si los cadáveres vendrán en bolsas selladas o seremos nosotros los que haremos ese trámite. Hay desconocimiento de eso. Para nosotros sería más seguro trabajar con las bolsas que usa el Servicio Médico Legal, ya que brindan garantías para poner el cuerpo en la urna", manifestó.

Protocolo de cadáveres

De acuerdo al instructivo emitido a las funerarias y al cual tuvo acceso El Austral, el protocolo de manejo de cadáveres relacionado con la emergencia del covid-19, indica en uno de sus puntos que "una vez ocurrido el deceso, el personal del hospital permitirá a los familiares y cercanos ingresar a la sala para que tengan la oportunidad de acercarse por última vez al fallecido, con la indicación que no deben tocar el cadáver por precaución".

Además, se precisa que el personal del hospital debe encapsular el cuerpo en una bolsa sellada. A partir de ese momento, el cadáver permanecerá siempre dentro de esta bolsa herméticamente cerrada. Para entrega a la empresa funeraria, la bolsa sellada con el cuerpo será depositada en el féretro, que deberá ser cerrado de inmediato.

El personal de las empresas no entrará en contacto directo con el cuerpo, ya que estará dentro de la bolsa sellada cuando lo reciban.

Dado que el cuerpo estará dentro de una bolsa y no puede ser abierta, no se permite ningún tipo de manipulación del cadáver. Por ello, no se podrán aplicar técnicas de tanatopraxia (maquillaje), tampoco peinar o afeitar el cadáver.